Tómatelo con calma. Más fácil dicho que hecho. Pero que es tomárselo con calma, significa darse un respiro de vez en cuando, y qué tan seguido es sano. Tengo un pequeño dilema entre querer alcanzar mis metas y morir en el intento.
Vengo de un lugar que se mueve a una velocidad, digamos lenta, la gente se toma tiempo para comer, para disfrutar la vida y el trabajo es el medio para vivir. Pero todo el tiempo que viví en Ecuador sentía que estaba en una burbuja, que el tiempo se había detenido en este lugar del mundo y que nada nunca cambiaba.
6 años después de vivir el ritmo de vida alemán siento que la cultura de trabajar, trabajar y trabajar, tampoco es satisfactoria, claro que parece que te pusieron en una máquina del tiempo y avanzas más rápido de lo que puedes pensar y digerir. Solo que simplemente no creo que mi cuerpo quiera seguir con este ritmo que no es el mío es el de una sociedad que vive para producir y ser eficientes.
Entonces habiendo vivido los dos extremos tengo que admitir que encontrar un balance parece ser la mejor idea, pero siempre me encuentro ante la misma situación: amo lo que hago, por ende tiendo a esforzarme mucho, lo que conduce a que mi cuerpo quede extenuado.
A pesar de que no he encontrado una clave mágica para tener una vida balancedada, creo que he empezado a entender que mientras el ritmo de la sociedad influye en nuestra vida, tenemos que esforzarnos por escuchar nuestro propio ritmo.
Acabo de llegar de un viaje trasatlántico que me dejo exhausta y por una vez en la vida pude decir hoy no importa no hacer nada, no salir, no querer contestar el telefono, o el mail. Así que aquí estoy de nuevo escribiendo, pero sintiendo que en realidad debería de estar acostada en el pasto de mi casa, respirando el aire puro, comiendo un tomate de árbol.
Así que eso es lo que voy a hacer, voy a escuchar lo que me dice mi cuerpo, e ignorar la necesidad de emprender el próximo proyecto. Supongo que cuando aprendemos a escucharnos a nosotros mismos, tendremos un balance. Cuando se sientan agobiados pregúntensen que es lo que realmente quieren.
Saludos desde las termas en los Andes,