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Día 2

Hace algunos años leí una teoría en un libro de René Brown sobre los procesos creativos y como el día 2 (o la mitad del proceso) suele ser la parte más compleja. Ahora que estuvimos enseñándole a nuestro peque a usar el baño me volví a encontrar con un proceso que también tiene el temido día 2. 

Pasar por este día con mi pequeño niño no fue lo más agradable en el proceso de que dejara el pañal. Ya había pasado el momento en el que lo felicitamos y le dimos su regalo de despedida, ya la novedad de hacer sus necesidades en el nuevo lugar empezó a sentirse “serio” y no como algo temporal. Había un cambio palpable pero los resultados todavía se iban a tardar en llegar, entonces mi pequeño estuvo muy frustrado, enojado, sensible, y claramente cansado o en otras palabras hasta la madre. Una buena parte de él quería regresar a la comodidad del pañal, a lo conocido, aunque literal fuera una mierda. Pero el sabía que nosotros creíamos en él y además el quería la recompensa de poder jugar con sus autos de niño grande a los cuales no tendría acceso si regresaba al pañal. Fue un día duro, durisisisimo, tuvimos una gran victoria en la noche pero aún así terminamos agotados. El siguiente día fue notable que algo había cambiado, de pronto regresar ya no era una opción, y eso eso sí que da miedo. El tercer día fue el día más largo de su corta vida, se despertó ansioso a las 4:45 am y se durmió hasta las 9:30 cuando su cuerpo no pudo más. Hubieron gritos, pataletas, comió poco y estuvo en general mal genio, aún así era obvio que estaba ya en buen camino a dejar los pañales. Finalmente al cuarto día no tuvo ningún accidente y la vida comenzó a encaminarse a una nueva normalidad.

Todo esto me hizo pensar en mi propio camino para convertirme en cineasta. Creo que había estado como mi niño, intentando sin intentar por mucho tiempo. Sólo ahora que simplemente me lancé sin plan B es que empecé el proceso real. Desde que comenzó el año he estado en lo que llamo el día 2.

El día 2 empezó cuando después de meses de negociaciones logramos consolidar la participación de un personaje muy importante para el documental y además gastamos la mitad del presupuesto para poder realizar la filmación. A la vez le metimos todo a los fondos de fomento, contratamos una asistente de producción y empezamos a apostarle con fuerza al proyecto. Ahí en esa intensidad nos ganamos una beca de la escuela de distribución de cine de Ecuador, y todo comenzó a volverse serio. Empiezan a ver las similitudes, espero. Si lo ven saben que lo que viene no es agradable.

Durante estos meses he estado de genio. Molesta, desganada, desmotivada, dudosa, culposa, y queriendo meterme debajo de una roca y desaparecer, pero no puedo porque estoy en la mitad, estoy en el día 2, el día de no retorno. Quiero llorar de emoción pero también siento que voy a vomitar de la ansiedad algunos días. Hago progreso, me envían una música hermosísima para el documental, y siento que esto puede ser aún más increíble de lo que jamás imaginé. Alguien más se suma a nuestros esfuerzos, una nueva idea rompe otro esquema obsoleto en mi mente, pero hay resistencia de mi parte, dudo, quiero decir esto no vale la pena, pero ya no puedo, algo ha cambiado, todavía no se ven los resultados, pero es palpable el progreso. Creer en mi misma y en este documental me ha cambiado la vida, de una forma ya irreversible. Estoy en el día 2, entre temerosa y esperanzada, entre cabreada y emocionada, sin saber como voy a resolver la mitad de los líos en los que solita me he metido, pero con la convicción de que puedo encontrar esas respuestas.

Solo puedo confiar en que como mi niño al final del proceso habré dejado mucha mierda atrás y todo habrá valido la pena.

Desde el satélite de Venus, cambio y fuera.

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Una nueva visión del termino cineasta

A pesar de todo el mundo sigue, a pesar de todo parece que sobreviviremos esta catástrofe, a pesar de todo. Aún así todo ha cambiado y nada será igual, han sido semanas extrañas, y de a poco parece que se hace algo de claridad. Quiero ser coherente con mi vida, tal vez ese es un valor importante para mí, quiero decirle a la gente que vayan por sus sueños, que confíen en sus instintos, y quiero poder hacer lo mismo. Quiero seguir a mi intuición a donde me lleve.

Hoy mi intuición me lleva por caminos poco transitados, en una ciudad que no termino de entender, pero que es ahora mi hogar, y vine aquí por esa loca idea, la loca idea que me persigue desde hace años de que puedo llevar mis historias al cine. Siendo el cine esta visión romántica de la vida, de hacer una cita con un amigo, con un posible amante, con tus compañeras de clase, de comer palomitas y compartir una historia, y reír o llorar, sentirse incómodos juntos.

El cine significa tantas cosas para mí, pero hoy los cines están cerrados, la gente está en sus casas, no podemos hacer citas, no podemos sentarnos codo a codo a escuchar una historia, y me ha hecho preguntarme porque he estado tan empeñada en producir historias para este formato tan especial. Claramente la mayor parte de la gente no ve películas en el cine, sobre todo ahora.

Tal vez porque una parte de mi ha sentido que mi valor como persona va ligado a ese título de cineasta, que nunca he llevado de forma cómoda, como si no me quedara, como si fuera una impostora en ese título. Artista sí, cineasta ya no sé ni que significa.

Quiero que mis historias le lleguen a la gente, la inspiren, le hagan sentir que también hay bondad en el mundo, que esta permitido soñar, porque nuestros sueños si se hacen realidad. Si para que la gente las vea tengo que moverme a otra plataforma que me hace esto? ¿Hace que haya fallado en mi propósito de ser cineasta? O tal vez hay que actualizar el concepto, que las historias ahora se contarán en tantos medios diferentes, en un comercial, en 5 segundos de contenido en instagram, en una serie en YouTube. Me gusta el termino Storyteller, siento que me hace más justicia, aunque no hay un equivalente en español, cuenta cuentos, o como nos llamarán.

Solo quiero seguir contando estas historias, y tal vez por ahora tenga que dejar de pensar que serán vistos en el cine y eso no significará que me haya rendido, que haya tirado la toalla, solo significa que tengo que evolucionar.

 

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De cuando los comerciales empezaron a ser mejores que las películas

¿Cuándo se volvieron los anuncios antes de las películas más interesantes que los cortos de las películas?

Las dos últimas veces que fui al cine a ver Red Joan y Jocker respectivamente vi anuncios que tenían más historia que cualquiera de los trailers.  Específicamente uno de Coca Cola fue tan conmovedor que me hizo preguntarme si todos los buenos escritores ahora estaban trabajando para publicidad o para Netflix.

Es una pregunta auténtica, ver que las historias en el cine son últimamente la secuela de la secuela de la precuela, es aburrido, claro para los estudios es la apuesta segura, tienen un público fiel que va a ver lo mismo y cuentan con ellos para seguir pagando barbaridades de dinero por historias mediocres.

Mientras tanto los cineastas renombrados se han volcado a Amazon Prime o Netflix y cambian las grandes pantallas por las pantallas de nuestros teléfonos o en el mejor de los casos nuestras televisiones. Me imagino que piensan que es mejor hacerlo así que no hacerlo, supongo que les dan más libertad que los estudios tradicionales de cine, pero a cambio de perder la experiencia de ver sus obras en el medio para el que fueron concebidas. Porque para mi todavía no hay nada como la experiencia que es entrar con tus palomitas y durante unas horas dejarte llevar a un mundo diferente, sin distracciones, porque gracias a Dios en el cine los teléfonos siguen siendo muy mal vistos.

Durante diciembre quise ir al cine con mi esposo, pero toda la cartelera era para niños de 5 a 15 años, y aunque puedo decirles que disfruto todavía una bonita película animada, no era posible que lo único en cartelera atractivo fuera Star Wars (dicen que es muy mala la última película), hablando de Disney, saben que Disney es el estudio que hizo la mayor parte de las películas que fueron taquilleras el año pasado. Aquí la lista de las 10 películas más vistas el año pasado:

1.  “Vengadores: Endgame
2. El rey león
3. Star Wars: El ascenso de Skywalker
4. Spider-Man: Lejos de casa
5. Toy Story 4
6. Frozen II
7. Mascotas 2
8. Capitana Marvel
9. Fast & Furious: Hobbs & Shaw
10. Pokémon: Detective Pikachu

No hay que asombrarse porque se siguen haciendo películas de este tipo, la gente va a verlas, pero cuando la publicidad crea mejores historias y prefiero quedarme en mi casa viendo Netflix que ir al cine, creo que los cineastas debemos preguntarnos que demonios está pasando y sobre todo que podemos hacer.

Érase una vez en… Hollywood de Tarantino se cuela en el número 22 de las películas más vistas, personalmente fui dos veces al cine a verla. Por ahí en el número 42 está el Irlandés de Martin Scorsese, no alcancé a verla en el cine porque es de Netflix y estuvo creo que 6 veces en la sala de la Cineteca aquí en Jalisco y eso fue todo.

Es triste pero si los cineastas establecidos no logran llevar sus historias a la gran pantalla por suficiente tiempo para que la gente las vea, que podemos esperar los que apenas vamos empezando. El problema finalmente no es si se están haciendo buenas películas o no, el problema es la distribución, punto. Estoy segura de que el año pasado salieron películas lindisimas, lastimosamente nunca las veré en un cine, y eso es probablemente lo más triste de todo. ¿Saben lo que cuesta hacer una película? ¿El esfuerzo, el tiempo, la perseverancia necesaria?

La parte feliz es que decidí hace no mucho que hay otras formas de contar historias y sí la publicidad puede ser un medio para esto, además es más fácil poner un comercial en el cine, que una película.

Los dejo con esas inquietudes, y en medio de estas reflexiones comienzo mi año, apuntando a contar más historias.

Aquí dos ejemplos de grandes historias contadas para marcas.

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NO hago cine para todos. La economía de distribuir cine.

Sábado por la mañana, después de salir corriendo de mi casa por el ruido ya que mis vecinos están poniendo pisos nuevos, estoy sentada en un pequeño restaurante comiendo unos deliciosos hot cakes con un jugo verde y fruta. Mi esposo sentado a mi lado me escucha y mientras hablo me doy cuenta que esta idea, esta precisa idea que estoy explicando no es una idea cualquiera, es un descubrimiento real que probablemente va a cambiar el resto de mi vida profesional.

Nunca voy a pertenecer al club del cine tradicional, nunca. Esa industria no está hecha para que yo tenga éxito. Quiero aclarar que no estoy hablando desde un lugar de pesimismo, es simplemente una conclusión del análisis de hechos, de cómo funciona el mercado, de cómo funciona la industria. Una mujer, latina, que hace el cine que yo hago no tiene oportunidades reales ahí, pero vamos por pasos. ¿Cómo llegue a esta conclusión?

Primero hay que entender cómo funciona este sistema del cine tradicional, cómo se descubren nuevos talentos y cómo llegan a los cines. El sistema es bastante simple en teoría, haces una película, la mandas a festivales, te descubren, ganas premios, haces un trato de distribución, tu película se va a los cines, te vuelves un director reconocido y te dan financiamiento para hacer más películas con mejores presupuestos.

Simple en teoría. En este post no voy a cubrir las realidades de hacer una película, sino vamos a saltarnos a la parte jugosa de la que los cineastas tienden a no hablar, la distribución. Un cineasta inteligente sabe que antes de rodar la primera escena, si quieres tener éxito, tienes que tener un plan de distribución en mente. No importa que tan buena sea tu película, si no la ve nadie, no importa mucho.

Entonces digamos que optas por el sistema tradicional, vas a mandar tus películas a festivales y esperas que se muestre en algunos y ganar la atención del medio. Aquí viene el primer pero, digamos que hago una película sobre una mujer ecuatoriana que se va a buscar una nueva oportunidad de vida lejos de su país. La muestro a mis amigas, mujeres ecuatorianas que tienen ganas de viajar y les parece una gran historia, quedan tan conmovidas que ya están esperando la secuela y me convencen de enviarla a un festival porque es material de festival. Con un pequeño presupuesto envío mi película a los festivales importantes, después de todo tengo un presupuesto limitado y tengo que ser selectiva, también la envío a algunos festivales más pequeños que no cobran.

Aquí ya me topo con el primer techo, ¿quiénes son los que escogen las películas que se ven en los festivales? ¿Serán mujeres, serán latinas? Probablemente no, los festivales importantes siguen siendo dominados por hombres blancos por una razón, los que escogen las películas son hombres blancos o simplemente son hombres. Ok, la envié a algunos festivales feministas, y uno que otro festival latino pequeño y tal vez ahí si hay quien vea mi película y tal vez sea escogida, y tal vez pueda poner uno de esos logos bonitos de festival en el poster de la película. Pero seamos honestos, si quieres avanzar realmente, necesitas entrar a los festivales importantes, a Cannes, Toronto, Sundance, Berlin, Rotterdam o Venice o por lo menos a alguno de los populares como  SXSW, Locarno, San Sebastian, Raindance, Tribeca; quieres que tu película la vea la gente que tiene la capacidad de “descubrirte”, darte ese sello de aprobación y conseguirte la distribución que necesitas.

Algo que no te enseñan en las escuelas de cine es a hacer películas con un target, te enseñan de la luz, las historias, y de la edición. No te enseñan de donde sacar el dinero para hacer películas, ni te enseñan que una película es como cualquier otro producto. Una película es un producto, punto. ¿Haces un producto para todo el mundo? Buena suerte haciendo marketing para todos, sobre todo en esta era digital, a menos de que tengas miles de millones de dólares, déjame decirte, es una mala, pésima idea, aunque tengas mucho dinero. Lo primero que me enseñaron en mi master de estrategia y creatividad digital es a pensar en tu público, a quién le estás hablando, después desarrollas una estrategia pensando en eso. Un concepto bastante básico que no había considerado a la hora de hacer cine.

Si hago una película para mujeres latinas, creativas, sensibles, pero lo que necesito es que los hombres que tienen el poder me elijan entonces ¿a qué maestro sirvo? No puedo hacer películas para los dos, porque son públicos dimensionalmente diferentes.

Digamos que mi película que me tomó años de esfuerzo, miles de dólares, y mi alma llega a uno de los pequeños festivales, llego a poder darle un poco de difusión, y por gracia del espíritu santo alguien con dinero vio mi película, pude ir a ese festival, hacer el pitch y consigo la distribución. Wow mi película va a cines.

Sólo que en el deal de distribución pueden pasar mil cosas, y es probable que para que la película se mostrara tuve que venderles literalmente mi alma o mejor dicho mi propiedad intelectual. ¿Saben qué es lo que hacen los empresarios inteligentes? Protegen su propiedad intelectual a toda costa. Es decir aunque llegues a la distribución “deseada” acabas de hacer probablemente un mal trato. Sí tu película se va a ver en algunos cines, pero dependiendo de lo mal que te haya ido, tal vez solo llegue a cines selectos, una semana, y en un horario menos que estelar, recuerda que la competencia tienes millones de dólares y tratos desde el principio del tiempo con las cadenas de cine.

Podría sentirme realizada, pero ahora sigue la vida y tengo que hacer la siguiente película, solo que en lugar de tener una base de datos con toda la gente que alcanzó a ver mi película, no tengo nada, de hecho si Netflix compró los derechos, no sé ni cuanta gente la vió. Y puede ser que  muy poca gente la vea, existe el caso del documental “No se mata la verdad” que solo tuvo 8 asistentes en salas de cine.

Supongamos que tengo una película que entró a un par de festivales, y en donde gané un poco de dinero, pero no tengo nada más. Esto me deja de nuevo en el principio, un par de contactos más en la industria, pero nada más y honestamente después del trato en el que vendí mi alma, no tengo muchas fuerzas para pensar en otra película, no sé si valga la pena este esfuerzo.

¿Saben cuantos cineastas llegan con su opera prima a festivales y no vuelven a hacer una película que llegue a festivales? La respuesta corta es muchos, tal vez después de ver realmente como funciona esta industria muchos quedan descorazonados. Admitámoslo hacer cine es una de esas profesiones que muchos sueñan pero en la que pocos logran tener una carrera real.

Entonces al final del día, aún entrando a los festivales adecuados, aún con la distribución lista, todavía necesitas mucho más para que una película sea exitosa y esa opera prima te lleve a una nueva película. Lo que quieres es seguir haciendo cine para tu público. Yo no quiero hacer cine para los festivales, quiero hacer cine para mi público, y quiero poder vivir de ello, quiero contar muchas historias, no quiero la fama, quiero moverte, quiero inspirarte, quiero contarte algo que te haga sentir que vale la pena estar vivo.

Esto me lleva a mi nueva estrategia de hacer cine. En el que dejo el romanticismo atrás para pensar en el cine como un producto, un producto que puedo hacer llegar a mi público ideal como cualquier otro producto, además que sea rentable y me deje seguir haciendo más películas. En realidad para estos fines, los festivales serán la cereza en el pastel y no en lo que base mis películas. Repito no hago cine para todos, puedes debatir mi estrategia pero estoy orgullosa porque sé a quién le estoy hablando y eso es el descubrimiento del siglo para mí.

Mientras tanto mis amigas, sus amigas, y las amigas de sus amigas podrían estar viendo, hablando e inspirándose con mis películas, por eso, porque necesitamos más cine hecho por mujeres no puedo desistir, no puedo, pero tampoco tengo que entrar en un sistema en el que mis oportunidades son casi nulas. Eso sería lo mismo que tirar la toalla.

Si eres una cineasta y te sientes identificada con este post siéntete libre de enviarme un mensaje o comentario y podemos empezar a platicar de estrategias para esta nueva era digital del cine.

Desde Venus, cambio y fuera.

Con toda honestidad esta realización me dejó con el corazón destrozado, saben, todos queremos encajar, y darte cuenta de que no encajas y nunca lo harás es liberador pero también te rompe las ilusiones.

 

 

 

 

 

 

 

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Roma, la película – Una reseña desde lo femenino

Ayer fui a ver Roma, la película de la temporada. Antes de continuar creo que es importante reconocer la gran labor de la gente que hace relaciones públicas para esta película, una película es solo tan exitosa como su exposición al público, el revuelo, la anticipación, todo contribuye a que más gente te regale 2 horas de su vida.

Si no has visto la película y quieres verla sin juicios deja de leer.

—–

Hablando de horas, el primer comentario que hizo mi esposo al terminar la película, que a ratos se hace larguísima fue “estas son dos horas de mi vida que no voy a recuperar”, me encogí de hombros y salimos de la sala 1 de la Cineteca, en donde vimos esta obra con mucha paciencia.

Me gusta siempre empezar por los aspectos positivos cuando doy mi opinión sobre lo que sea. Es una película que rescata algunas de las mejores cosas del cine, acciones en lugar de diálogo sin sentido, es una película que no se esconde, que es clásica en muchos aspectos. De ahí me puedo imaginar que vienen las buenas críticas que leí antes de su estreno. La fotografía es linda, aunque los movimientos de cámara se sienten repetitivos en cierto momento, no deja de tener un algo. La historia se cuenta mucho desde los lugares, nos obliga a mirar, o pretende hacerlo.

También es interesante ver el retrato de la Ciudad de México, que es un personaje más, aquí hace un trabajo excelente. Aunque sospecho que si no han vivido en la ciudad de México ni siquiera entenderán el nombre de la película. (Roma es una colonia en la Ciudad de México en donde está ambientada parte de la película).

Siendo una película que toca el tema femenino desde tantos diferentes ángulos, y siendo una mujer, la película, por muy bonita, solo me dejó una sensación de vacío. Miro a Cleo, la protagonista, y quiero conocerla, conocerla de verdad, saber que piensa, sus sueños, sus anhelos, pero me quedo con una mirada alejada, a veces fría. Su hija nace sin vida, y ni en este momento siento que puedo llegar a conocerla. 135 minutos pasan y parece que su vida no ha cambiado, ella se limita a existir para los demás. Tal vez es una forma de crítica, y tal vez es la visión de un hombre sobre una mujer que lo crío, pero no deja de dejarme con una sensación de que Cleo tenía más que ofrecernos en pantalla, pero como la imagino un hombre, no le dio oportunidad.

Hace unos años antes estas cosas no las hubiera notado, no me hubiera molestado que cuando los niños juegan con pistolas de mentiritas, le diga el uno al otro que que no sea niña (Ser niña es ser débil en este universo). El retrato del padre que puede perfectamente estacionar el auto (porque los hombres manejan mejor que las mujeres) y luego Sofía se queda atorada entre dos camiones.

La escena en la que pierde la virginidad Cleo, ella es chiquita, minúscula en contra de este espécimen de macho que sale desnudo, y que impresiona en pantalla. De pronto nos olvidamos que estamos viendo a Cleo que acaba de empezar su vida sexual. Su vida sexual no es importante, es más importante llenar la pantalla de símbolos fálicos y en este caso del mismo pene.

Creo que es la responsabilidad como creadores de contenidos cuidar lo que decimos y las ideas que exponemos al mundo.

Finalmente y tal vez con lo que me quedo más es la línea que Sofía borracha, rota, le dice a una Cleo impasible, “estamos solas”.

¿Es así como nos ven a las mujeres, solas? No estamos solas, aún divididas por las convenciones sociales Sofía es la roca de Cleo, la madre de Sofía es quien la acompaña a ver la cuna, Cleo no está sola. Nos quieren hacer creer que es así. La mirada masculina a un tema tan femenino solo refuerza mi creencia de que necesitamos más mujeres escribiendo, dirigiendo, editando, haciendo cámara, sonido. Si la historia la hubiera contado una mujer, ¿no sería Cleo diferente? Tal vez no es una mejor versión de la vida, ni sería una mejor película, pero sería un mundo en el que las mujeres pueden contar sus propias historias.

Por todo lo buena persona y las buenas intenciones de Cuarón, esta no era su historia para contar, pero aún vivimos en una sociedad en la que un hombre nos tiene que dar la oportunidad de contar nuestras historias.

——

¿Vería la película de nuevo? ¿La recomendaría? No y no.

Quieren ver una película con madre: Sueño en otro  una película que no recibió tanta atención pero que te toca, mágica, agridulce como la vida.

Cambio y fuera desde Venus.

 

 

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Escogiendo equipo de producción de video

Antes de mostrarles mi equipo de producción de video actual, quiero llevarlos a mis inicios, cuando todavía era estudiante. ¿Por qué quiero mostrarles esto? Simple, para que vean que con un poco de equipo básico pueden contar sus historias. Lo importante es empezar, aunque sea con la cámara de tu celular.

Mi equipo de video 2011

Pueden leer como use este equipo para crear mi primer documental AQUÍ.

El resultado fue este, mi primer documental: Los sonidos de la Marimba

Han pasado los años, y mi equipo ha cambiado, mi Canon 7D ya no me acompaña, del equipo original tal vez tengo todavía el abre frascos. Cosas que pasan cuando uno se cambia 3 veces de país.

Apenas empecé a ganar dinero, salida de la universidad, decidí que necesitaba empezar a invertir en equipo de calidad. No hay nada da malo empezar con equipo no tan caro. El costo total de mi primer kit no superaba los 2800 dólares, incluyendo un micrófono y una computadora prestada para grabar el audio.

Hoy en día mi equipo sigue siendo básico, pero como yo ha madurado (un poquito).

Mi equipo de video 2018

Mi primera gran inversión en este sentido fue mi cámara la Blackmagic Cinema Camera 2.5k, puedo decir que aunque tuve que ahorrar meses, valió completamente la pena cambiarme del mundo de las DSLRs. Tener una cámara dedicada para video tiene muchas ventajas. Puedes leer sobre esto en el post de comparación con la Sony a7s, usamos las dos en mi último cortometraje.

En cuanto a lentes no tengo una gran cantidad de lentes, contrario a lo que pueden pensar. Mis lentes principales son un Minolta Rokkor 50mm 1,4, un Minolta Rokkor 200mm 4, un Rokinon 85mm 1,4 y un Canon 17-55 2,8.

Recientemente adquirí una Sony a7 para fotografía pero también grabo con ella cuando quiero algo ligero para viajar. Para la Sony también uso mis lentes Minolta, el lente del kit (28-70 mm) y un Zeiss 16-35mm 4.

En el tema de sonido uso una grabadora externa Zoom H4N, un micrófono de solapa, y un micrófono Rode unidireccional que va sobre la cámara. Si estoy haciendo una entrevista también uso mi iPhone 5S como grabadora externa con un micrófono de solapa conectado.

En cuanto a iluminación no he hecho grandes compras, tengo dos luces LEDs pequeñas que me sacan de apuros, pero para proyectos pagados o más grandes rento las luces, no es rentable comprar luces a menos de que las uses todo el tiempo.

Además tengo un trípode Manfroto con una cabeza de arrastre fluido. Esta cabeza también la puedo usar en mi monopie de Manfroto. Invertir en buenos trípodes ha sido esencial en mi trabajo, es equipo que ha aguantado uso pesado, caídas incluso y sigue casi intacto. Estoy segura de que la inversión valió la pena.

A esto debemos de agregarle todo el equipo para post producción que con una Blackmagic requiere capacidad de computo más fuerte. Puedes leer sobre mi solución de almacenamiento de material aquí.

¿En qué invertir primero?

Todo dependerá de tus necesidades, para mi era esencial mejorar mi calidad de imagen, por eso lo primero que hice fue comprar la Blackmagic Cinema Camera, porque hago además de videos para redes sociales, hago cine.

Si solo haces videos para Youtube probablemente una DSLR sea suficiente.

Cuando quiero comprar algo nuevo me hago algunas preguntas:

-¿Cuál es el costo-beneficio? Es decir si voy a sacarle provecho a lo que estoy comprando por el precio que cuesta.

-¿Qué tan seguido lo usaré? Puede ser mejor rentar que comprar.

-¿En qué proyecto(s) voy a usar este equipo?

-¿Después de cuanto voy a recuperar mi inversión?

Tal vez para un primer proyecto lo más fácil sea usar tu celular, ahora hay hasta festivales de cine para proyectos filmados de formas menos convencionales.

Al final del día tienes que preguntarte si el equipo que quieres es lo que necesitas para tu proyecto.

 

 

 

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¿Cómo sobrevivir a un día de rodaje?

Hay una adrenalina especial que se siente el día antes de empezar el primer día de rodaje, durante meses nos preparamos para ese momento en el que todas las piezas deben caer en su lugar. Desde la primera oración que se escribe, hasta la hoja de llamado que entregas antes de empezar a rodar.

Cada día que estamos en el set es un reto, la presión puede acabar rápidamente con nuestra concentración y energía. Aquí hay un par de tips de como sobrevivir días largos e intensos.

1. Café, snacks, comida caliente

No hay forma de sobrevivir a un rodaje sin estas tres cosas. El o la productora de campo debe llegar primero al set para muchas cosas, entre ellas tener café listo. Si has tenido que empezar tu día muy temprano sabrás que la motivación que da el café es difícil de superar. Si a ese café le añades un poco de pan y fruta, tendrás un equipo mucho más dispuesto a trabajar.

A medio día siempre es importante tener comida caliente, cuando las producciones tienen poco presupuesto es posible hacer tratos con restaurantes a cambio de publicidad. Esta comida hace una gran diferencia. Si han pasado un día filmando en condiciones difíciles sabrán que sentarse a la mesa y disfrutar de un buen plato de comida, hace que las cosas sean de pronto más sencillas.

Si no tienen nada de presupuesto y todo su equipo está prestando su trabajo es aún más importante tener comida como forma de agradecimiento y de motivación.

2. Pausas

Parte de la planeación de un día de rodaje significa pensar cuando se podrá tomar un descanso. Las pausas son necesarias para descansar la mente, respirar. Muchas veces en medio de la adrenalina no sabemos ni como detenernos, es por esto que una persona siempre debe de ayudar al equipo a descansar cuando el plan lo indica.

3. Confía en tu equipo

Hacer cine es trabajar en equipo, tu equipo se convierte no solo en la base de tu trabajo, sino en el factor que determinará la calidad del proyecto. De nada sirve tener grandes profesionales, si no confían los unos en los otros. En momentos donde se toman desiciones en fracciones de segundo, es necesario saber que puedes concéntrate en tu trabajo y confiar en que todos los demás harán el suyo de forma adecuada. Intentar controlar a todo y a todos te desgastará a ti y a todos los involucrados.

4. Prepárate

Desde cosas muy simples como usar ropa y zapatos cómodos hasta haber planeado con detalle cada escena a filmar, estar preparado te ayudará a estar un poco más relajado. El día del rodaje ser espontáneo es una receta para el desastre. Respeta el compromiso de tu equipo y prepárate lo mejor que puedas.

5. Ríe

Siempre que puedas. Recuerda, es un privilegio hacer cine.

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Cámara, Luces & Ladies

[ES] A casi un año de haber empezado uno de los proyectos más ambiciosos de mi corta carrera por fin puedo presentarles el teaser oficial del nuevo canal de youtube.

Ya hay un par de episodios listos y otros más esperando en la fila de edición.

Al proyecto se han unido mujeres increíbles, cada una me han inspirado, enseñado y me han hecho ver las cosas con otros ojos.  Gracias a todas ellas.

El lunes 26 empezamos con el primer episodio. No olviden suscribirse para no perderse ningún episodio. ¡Todos los episodios serán en inglés y español!

[EN] A year ago I started on of the most ambitious projects of my short career. Finally I can present the teaser of my new YouTube channel.

There are a couple of episodes ready to be published and more waiting on the editing pipeline.

Many incredible women have joined the project, each one of them have taught me, inspired me, and made me see things in a different light. Thanks to every single one of them.

On Monday the 26th we’ll start with the first episode. Don’t forget to subscribe, and don’t miss any video. All episodes are in English and Spanish!

 

 

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¿Cómo llegar a tu audiencia? Distribución de un cortometraje en Ecuador

Cuando uno se embarca en el viaje de hacer un cortometraje en el Ecuador hay muchas incógnitas y casi nunca tienen que ver con la distribución del producto que estamos creando. Un cortometraje puede llevar meses de trabajo, y cuando por fin lo terminamos hay que sacarlo a la luz.

Lastimosamente en el Ecuador no hay muchos espacios en los que se promuevan cortometrajes, es en este punto que uno tiene que ser creativo.

“El Regreso de Lena” se estrenó en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, con casi 2000 personas, hay largometrajes que no se estrenan con tanta gente.

No creo que mi cortometraje sea mucho mejor que otros productos audiovisuales producidos en Ecuador. Sinceramente creo que está bien hecho y que tiene un cierto enganche, pero más allá de eso no fue el cortometraje sino mi creatividad a la hora de producir lo que hizo posible tener un estreno de esta magnitud.

Como me dijo Margarita Laso en una entrevista, uno tiene que ir a buscar el escenario. Y eso fue lo que hice, busque fuera del círculo de cine, pensé fuera de la cajita y encontré un apoyo increíble en una institución que a nivel artístico es de las más reconocidas del país. Fui a encontrar un manantial en el desierto. El Ballet Nacional del Ecuador ha sido nuestro mayor apoyo y la razón por la que este cortometraje fue posible.

A la hora de estrenar el trabajo de tantos meses la primera opción fue hacer una colaboración con el Ballet Nacional. Presentar el cortometraje como parte de un espectáculo del Ballet, no fue idea mía, fue idea del director del Ballet, al que respeto y admiro mucho. Yo sinceramente pensaba que me iban a ayudar a conseguir una pequeña sala para que unas 100 personas lo vieran. Nunca imaginé que iba a estar presentando mi cortometraje en uno de los teatros más grandes de mi país.

No me malinterpreten, yo sé que el cortometraje probablemente no gane premios o sea parte de festivales internacionales, pero este trabajo salió a la luz y la gente, mucha gente lo ha visto, sin haberlo puesto en internet. (Todavía hay mucha gente aquí que no tiene internet en su casa).  Lo vio la gente de mi país, acerqué el cine a gente que usualmente no iría a ver un cortometraje. Eso para mí vale más que cualquier premio, sobre todo en un país en el que terminar un cortometraje o un largometraje no es realmente tan problemático como hacer que llegue a la gente.

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Este es el país donde las salas de cine muestran casi siempre alguna película de acción hollywoodense o alguna película para niños y la producción nacional queda relegada a unas cuantas salas de cine pequeñas en las ciudades principales.

Quieren que su película, larga o corta llegue a la gente, sean creativos, busquen apoyo en lugares inesperados, y si no hay espacios para presentar su producto imaginen y creen su espacio.

Otros espacios que tuve en cuenta como plan B fueron la Casa Humboldt (siendo ex estudiante tengo lazos con la institución), la FLACSO y la Alianza Francesa.

El Ecuador pasa por un periodo oscuro para la cultura, pero el panorama general no debe de detenernos, hacer cine de por sí es una apuesta a lo descabellado, pero si hemos logrado terminar la post producción no debemos de desmayar a la hora de lanzar nuestro producto al mundo.

Imágen de portada por Marcela López Aizcorbe.

 

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Un lente especial – Minolta Rokkor MC PG 50mm 1,4

No soy una de esas personas que se obsesionan con los lentes o las nuevas cámaras, he tenido la misma cámara fotográfica desde el 2010, una Canon 7D que ni siquiera es full frame y tres lentes de ellos dos son fijos y un zoom.

Hace algunos años cuando empecé a fotografiar por diversión más que por nada más, no tenía mucho dinero para gastar en lentes o accesorios. Mi Sony alpha 200 y un lente muy básico del kit era todo lo que tenía y era más que suficiente. Poco a poco fui entrenando mi ojo, vivía en flickr viendo fotos y leyendo de las experiencias de otros fotógrafos. En algún lugar del internet leí que todo fotógrafo debería poseer un 50mm, y entonces me puse a la tarea de encontrar uno que pudiera pagar.

Así fue que después de una búsqueda extensiva en el internet, encontre que se podía pagar una fracción del precio por un lente de los 70s u 80s, que solo sirven en modo manual, y que son mejor construidos que la mayor parte de los lentes actuales.

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El Minolta Rokkor MC 50/ 1,4 es un lente de los años 70s, bien construido, la primera vez que lo tuve en mis manos y vi el vidrio fue cuando me di cuenta que realmente ya no hacen las cosas como antes. En términos técnicos es un lente rápido, con un bokeh suave incluso en 5,6.

Para mi la verdadera magia sucede cuando está abierto en 1,4. De pronto la imagen tiene una textura, un algo que le da vida, muy diferente a lo que nos da un lente actual. Las imágenes no siempre son claras, están en el mundo de la fantasía.

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Y después de muchos años después sigo usando este lente cuando quiero algo especial, y de alguna forma se ha convertido en parte de mi repertorio y de mi estilo.

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No siempre quiero ser la directora de fotografía que hace imágenes surrealistas y de sueño, a veces quiero ser más comercial, más luz, más directa, pero de cualquier forma siempre vuelvo a este lente, tal vez soy una romántica.

Blitz Schokoladenkuchen

Para mí los lentes y las cámaras que usamos son herramientas para contar las historias que queremos y la elección de lentes puede ser tan decisivo como lo que pongamos frente a él.

Lo mejor de este lente es que es accesible, no me costó más de 100 euros. Sigo buscando más lentes fijos de la línea Minolta Rokkor porque son maravillosos y tienen un carácter que ya no se fabrica.