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No estoy segura de a donde voy….

Justo cuando piensas que lo tienes todo resuelto, la vida te lanza una bola rápida, de pronto ya nada tiene sentido. Así he estado los últimos días, confundida, sin entender para que te esfuerzas tanto en planear, en avanzar si la vida hace lo que quiere…

Creo que tal vez me he enfocado en hacer que las cosas funcionen, y cuando me asusto porque mis planes se van a la basura me cuesta quedarme quieta en mi inconformidad, me cuesta no hacer nada, porque siempre he pensado que hay que actuar para resolver las situaciones que se nos presentan.

Tal vez quedarme en silencio y sentir es lo más difícil, y esperar a que desde dentro desde la intuición se revele el siguiente paso, lo que se sienta correcto en ese momento sin tener nada que ver con el resto de nuestra vida.

Creo que parte de mis valores es mirar hacia adentro, y contestar preguntas incómodas para vivir de forma auténtica a mi yo del día de hoy. Cada día cambiamos y nuestros sueños también van cambiando, lo que ayer me emocionaba no tiene porque emocionarme hoy, y eso está bien.

Estoy tomándome esta nueva etapa simplemente como una nueva aventura, una que no me imaginé nunca tener, no estoy segura de a donde lleva este camino, pero tengo que confiar que a pesar de no ver la línea de meta, todo tiene un propósito, que estoy viviendo y no sobreviviendo, que estoy dando en donde puedo.

No estoy segura a donde voy, no estoy segura de nada realmente, y supongo que hay tiempos así en la vida. Estoy trabajando para estar bien con eso….

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La vida me dio limones y ahora tengo un estudio creativo

Nunca me imaginé que a los 32 años iba a estar empezando un estudio creativo, parecería que mi sueño se ha convertido en realidad, y en muchos aspectos este emprendimiento, Cuturpilla37 es el resultado de un largo camino que empezó cuando me di cuenta que mis sueños no iban a realizarse.

Mucho antes de llegar a México ya había abandonado la idea de ser contratada por una empresa que me valorara y empoderara a ser mi mejor versión. Siempre en busqueda de mi tribu pensé que como adulto la encontraría en el trabajo, que un día alguien vería mi potencial y me ofrecería la oportunidad de contribuir a algo más grande que yo misma. Solo quería poner mis habilidades en uso, ganar dinero suficiente para vivir tranquilamente y aportar valor.

Durante mis años como estudiante creía firmemente que el sacrificio que estaba haciendo por sacar mi título alemán era el mejor camino para encontrar una carrera profesional satisfactoria. Durante un tiempo muy corto pareció que eso sí iba a suceder, cuando hice prácticas profesionales y trabajé para gente creativa que me inspiraba y me daba oportunidades de crecer.

Cuando terminé de estudiar (probablemente no era la mejor época para buscar trabajo en Alemania) y después de meses y meses en los que envié incontables CVs fui a entrevistas y busqué hasta debajo de las piedras por un trabajo para mi, después de que donde había hecho mis prácticas y trabajado como estudiante durante casi 2 años me dijeran que no me podían dar una mejor posición porque sus clientes eran alemanes, me di cuenta que el mundo no funcionaba como yo me lo imaginaba.

1 año después encontré un trabajo en algo relacionado con mi profesión, solo para que mi contrato de 6 meses no fuera renovado por falta de presupuesto.

Regresé a Ecuador emocionalmente exhausta, me habían ofrecido otro trabajo pero el sueldo no era mejor que el anterior y decidí que el sacrificio de estar lejos de mi país y de mi familia ya no tenía sentido.

Cuando regresé busque trabajos, de las pocas opciones disponibles ninguno estaba dispuesta a pagar lo mínimo que esperaba (que según mi esposo era muy bajo de por sí), así que empecé a trabajar por mi cuenta, y en unos meses tenía algunos clientes, libertad de horarios, libertad creativa y tiempo para mis proyectos personales.

Le di otra oportunidad a trabajar para alguien más en México, más como una forma de empezar una vida que con la esperanza de encontrar ese lugar que buscaba años atrás. Me topé con jefes abusivos, uno de ellos me dijo que no me veía haciendo cámara porque nunca me había visto con una en la mano.

Con mi autoestima por los suelos, y con una necesidad imperiosa de generar para mantenerme, decidí salirme completamente de mi area y encontré el que fue mi trabajo en la CAMEXA, trabajar en una cámara de comercio fue probablemente lo mejor que me pasó durante el tiempo que viví en CDMX, aprendí mucho, y me di cuenta que lo que pedía de mi lugar de trabajo no era imposible, no era imposible que me diera alegría ir todos los días a trabajar, tener una jefa que admirara y que me apoyara, disfrutar mi trabajo y crecer como persona, además de tener una buena paga, beneficios, días de vacaciones y enfermedad, entre muchas de las otras bondades que me dieron. Me di cuenta que si podía ser parte de un equipo y aportar, pero tal vez la industria creativa no me iba a dar ese tipo de trabajo, así que podía quedarme con ese trabajo y olvidarme de mis historias y mi creatividad, o podía intentar lo impensable y poner mi propio estudio creativo.

Llegué a pensar que yo estaba equivocada por querer ser tratada como un ser humano, por no querer ser explotada, mal pagada, pensé que yo era la que estaba mal, la que no era suficiente, la que no era capaz de conseguir uno de los buenos trabajos creativos, porque era extranjera primero, porque era mujer después, porque era ambiciosa, porque decía lo que pensaba….

Este estudio creativo que estoy empezando significa el principio y el fin de muchas cosas, y espero crecer lo suficiente para hacer una diferencia en mi industria.

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Las palabras parecen sobrar

Tal vez este blog no ha sido nada más que testigo de quien he sido. En todos estos años, pocas veces me han faltado las palabras para describir un momento.

Encuentro tanto amor, tanto apoyo a mi alrededor, como si el universo supiera que mensaje darme en cada persona que voy encontrando, en completa sincronía.

Todo me dice que es tiempo de dejar ir al ser racional, que la niña debe volver, que es tiempo. Quiero explorar la luz, explorar el mundo con ojos de principiante, dejarme sorprender con las pequeñas maravillas de cada día.

Siento tanto, pensar parece que solo frenara las cosas, me siento guiada de una forma que nunca antes había experimentado, me asusta, y me hace sentir bendecida.

Las palabras parecen sobrar.

 

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Me vine a vivir a Guadalajara o ¿cómo mudarse de ciudad y sobrevivir al proceso?

Una nueva ciudad, un nuevo hogar, nuevos lugares que se tornarán cotidianos, nuevos rostros que se volverán familiares. El cambio dicen es bueno, y así con un sabor agridulce me fui de CDMX para empezar de nuevo en Guadalajara. Pensaba que con el tiempo mudarse se haría más fácil, despedirse sería menos difícil, volver a empezar de cero sería rutina. Aún en lo predecible de mi vida de gitana de este nuevo milenio, vivo ese duelo de dejar mi querida y tormentosa Ciudad de México.

La experiencia no ha hecho el proceso diferente, pero sí me ha concedido un poco de confianza en que esta sensación de estar como pez fuera del agua es temporal, y tal vez lo que tengo para ofrecerte es el consuelo de que tu también te volverás a encontrar en tu nuevo lugar.

Somos seres de rutina

Tal vez hayas estado en tu zona de confort durante mucho tiempo, tal vez ya no sabes que es una zona de confort, de cualquier forma somos seres de rutina, encontramos consuelo en nuestros hábitos y rarezas. Ir a una ciudad diferente a vivir es una aventura pero tu sigues siendo tú. Encuentra tu nueva rutina, hay una nueva cafetería favorita esperándote con un café que nunca habías probado; hay una calle que conocerás como la palma de tu mano en unos meses. Es normal extrañar a dónde ibas a desayunar con tus amigos, porque sientes que no puedes remplazar muchas cosas de tu vida pasada, pero también hay nuevas rutinas esperándote, y cada día te sentirás menos extraño.

Busca una comunidad

Con el paso del tiempo me he dado cuenta que lo más importante en la vida es la gente que te rodea, he notado que ha sido más fácil volver a empezar si llego a una oficina y mis compañeros de trabajo me enseñan el lugar donde están los buenos tacos, o cuando era estudiante podía acompañarme de mis compañeros que se sentían tan o más perdidos que yo, y así. Pero encontrar a tu gente es un proceso, eso sí, quedándote encerrado en tu casa no es muy probable que los encuentres. Estudios de Yoga, coworking, clases de cocina, etc. El chiste es ponerse en la posición muy vulnerable de sentirse como el nuevo. Mientras me siento en el coworking y todavía no conozco a nadie me recuerdo que esto de ser la cara nueva también es temporal.

También se disfruta la novedad

En unos meses todo será rutinario, pero cuando apenas llegas es como ser un turista a largo plazo, puedes armar un plan diferente cada fin de semana, hacer paseos cortos a lugares cercanos, tomarte el tiempo de ver los lugares sin prisa, incluso podrías caminar y perderte en tu nuevo barrio. Y cuando puedas darle direcciones a alguien que no conoce el area, también podrías sentir orgullo, incluso emocionado.

Nada es definitivo

Creo que ahora con el paso de los años quiero que las cosas funcionen, no quiero andar “pendejeando” por la vida, pero la verdad es que siempre hay una solución, una alternativa, si seguimos vivos hay opciones. Mudarse a una nueva ciudad es prueba de eso, y si a la final te das cuenta que ese lugar no es para ti, el mundo es bastante grande. Así que me lo estoy tomando un día a la vez, sin pensar mucho en el futuro, sin expectativas.

Por ahora solo puedo asegurarles que con cada cambio la vida se pone más interesante, y no cambiaría ninguna de mis mudanzas por nada en el mundo.

Desde Jalisco, cambio y fuera.

 

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Confiando en el proceso

¿Hay algo más paralizante que saber que tienes todo lo que necesitas para hacer lo que quieres y que lo único que te detiene son tus miedos irracionales? Cuando se acaban las excusas, solo queda aceptar que no somos capaces o lanzarnos a la aventura.

Esta semana rechacé un trabajo, en una empresa alemana, con un jefe buena onda, y mientras me escuchaba con voz no muy segura decir que no podía tomar el trabajo, una parte de mí se alegró, la otra estaba gritándome que reconsiderara la oferta.

Esta semana también empecé con el trabajo que será levantar mi nuevo emprendimiento, y lejos de sentirme emocionada, me levanto cada día con la pregunta que me acosa día y noche, ¿tiene sentido lo que estoy haciendo? y me encuentro con la única respuesta que tengo, si no lo intento, nunca lo sabré.

¿Qué es lo peor que podría pasar? Esa es la otra pregunta, y la respuesta no asusta, podría fallar, y a eso ya no le tengo miedo, pero tengo miedo de gastar mis recursos, mi energía, mis lágrimas, en algo que terminará decepcionándome…

Me doy cuenta que en realidad no sé si mi idea va a funcionar, pero no quiero hacer nada más en este momento de mi vida, no tengo may0res responsabilidades, fallar no sería fatal pero también existe la otra posibilidad de que funcione, todo indica que tengo una oportunidad, y estoy tomando ese poder y haciendo algo con él.

Se me olvida que esto es un proceso, que voy a intentar ciertas cosas, que algunas funcionarán, y otra no, eso está bien. Me olvido de todo lo que sé, de toda la gente que me apoya, incluso se me olvida que hay gente a la que (me cuesta hasta escribirlo) he inspirado con lo único que sé hacer, no rendirme (porque no me puedo imaginar otra cosa).

Así que aquí estoy, confiando en el proceso, el proceso que es la vida, y no se trata de ganar o perder, se trata de vivir, de esa lucha que te enciende, que te da sentido, me levanto temerosa, pero a la vez pienso que tengo taaaanto por hacer, y eso me da fuerza. Todavía hay tanto que quiero probar, hacer, pensar.

Escribo esto porque tal vez tu también necesitas como darle una oportunidad real a tus sueños, una oportunidad sin peros, sin expectativas, meterte de lleno, aunque te comas la camiseta.

Tu y yo nos merecemos esta oportunidad, cualquiera sea tu situación, cualquiera sea tu sueño, si la oportunidad se presenta, solo nos queda intentar.

 

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Los secretos de Doña Benny – Lecciones de una emprendedora

Mi casa en el número 37 de la Cuturpilla huele a tortillas. Hace más de 15 años mi mami se lanzó a la aventura de creer en sus sueños y no miró nunca hacia atrás. La historia no empieza en ese momento, durante años mi mami, Carolina Olmedo, había rescatado de sus memorias de niña en Chicontepec Veracruz las formas de la nixtamalización. Su amor por su cultura la llevaron a indagar en su legado, pero fue su visión empresaria lo que la llevó a hacer de lo que ama una forma de vida.

Este verano he investigado en las memorias de mi madre, mirándola con ojos diferentes, llenos de curiosidad por descubrir cómo en la peor época económica del Ecuador ella logró empezar un negocio y tener éxito. Mi mamá es la prueba viva de que sin importar los obstáculos, siempre hay una forma de salir adelante.

¿Qué encontré?

Haz lo que amas y hazlo lo mejor que puedas

Creo que parece trillado, lo escuchamos todo el tiempo, pero se dice tanto porque tal vez hay una evidencia grande de que cuando haces algo que disfrutas te va mejor en la vida. Mi mami definitivamente se divierte, ella dice que ahora ya no trabaja, que solo se divierte, y siento que esta forma de vivir es clave cuando queremos desafiar a las estadísticas. Necesitamos encontrar algo que nos mueva, pero creo que la razón principal es que es mucho más fácil no desistir de una idea que amamos aún cuando las cosas no van como queremos.

Confía en tus instintos

Mi mami peca como yo de sobrepensar ciertas cosas, pero cuando se trata de su negocio veo una convicción casi total, creo que si ella le hubiera preguntado a alguien si su negocio iba a e sobrevivir al primer año, muchos le hubieran dicho que no era posible, mucha gente lo había perdido todo en la peor crisis económica en Ecuador, pero mi mamá no dejó que eso la detuviera, en vez de eso le dijo a mi pa.

“Desde hoy en adelante, no pueden faltar las tortillas en la casa.”

Y así ha sido hasta el día de hoy.

Habla de lo que haces

El que no habla, Dios no lo oye. Así es el dicho, en Ecuador diríamos Guagua que no llora, no mama.

Creo que esto es una de esas lecciones de que para ser emprendedor no se puede tener pena, hay que salir al mundo y hablar con la gente, hay que contar con entusiasmo lo que uno hace. ¿De qué otra forma va a saber la gente lo que haces?

A veces los buenos consejos son bastante simples.

Sé una buena persona e interésate genuinamente por tus clientes

A mi casa en Cumbayá llega gente todo el tiempo a comprar los productos de Doña Benny, nachos, tostadas, tortillas, una salsa, una orden de cochinilla pibil, y mi mami recibe a cada persona como si fueran sus amigos, los hace pasar a nuestra cocina si tienen tiempo, o platica con ellos unos momentos en la puerta de la casa, les pregunta de sus hijos y los escucha.

Mi mami tiene mucha empatía, y a ella le hace feliz saber que su comida hace sonreír a la gente.

No hay que preguntarse mucho porque la gente le sigue comprando a ella, aunque sus tortillas no son baratas,  tienen una calidad inigualable (gente se las ha llevado a México!!!) y si a un producto sin competencia, le agregas el interés genuino por tus clientes, creo que es una mezcla ganadora.

Resilencia

Tal vez lo único que se sigue repitiendo en las historias que me cuentan, en las que veo desarrollarse ante mis ojos es la lección de la resilencia y la persistencia. No quitar el dedo del renglón, no dejarse vencer, continuar, intentar, probar, reinventarse, pero no desistir.

Vive la vida en tus términos

Mi mami tiene un negocio próspero, con mucha liquidez, pero ella no es una empresaria como uno se lo imaginaría. Vive en ropa cómoda de trabajo, que le protege del calor del comal, su cabello huele a maíz, y aunque me cueste creerlo lleva sus cuentas en su cabeza más que en ningún otro lado.

No tiene horarios fijos, puede trabajar de lunes a domingo si tiene trabajo, y puede un lunes tomarse la mañana para contarme sus historias porque ya trabajo el fin de semana.

Lo que le importa es la calidad de sus tortillas, ella dice que no quiere ser Frito Lay, que no quiere que su producto pierda su esencia. Aunque ha comprado máquinas nuevas para que le ayuden a agilizar sus procesos, ella cree que es más importante que el nixtamal se siga haciendo con maíz de la mejor calidad posible. Su competencia hace tortillas con maíz que cuesta 25 dólares, y el que usa ella cuesta 75 dólares, pero eso es lo importante en sus ojos.

Mi mama no vive en el futuro, no planea a 10 años, no hace proyecciones del negocio, vive en el presente, y si un día se le ocurre una nueva idea, como totopos de colores, le toma muy poco llevar su idea a la linea de producción, casi siempre con unos resultados buenos.

El negocio de Doña Benny ha crecido de forma orgánica, mi papá ahora trabaja a tiempo completo en la empresa, tienen una persona más que les ayuda y acabán de remodelar un pedazo de la pequeña fábrica para meter una nueva máquina tortilladora.

Doña Benny pagó por mis estudios en Alemania, y por los de mi hermano, y sigue dandole muchas satisfacciones a mi mamá. A mi me da un gran orgullo tener una mamá que ha logrado tanto, y quiero pensar que estas lecciones eran lo que necesitaba para emprender esta nueva etapa de mi vida.

Les puedo asegurar una cosa, de ahora en adelante no faltarán las historias en mi casa.

Desde algún lugar a más de 10 mil pies de altura, cambio y fuera.

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NO hago cine para todos. La economía de distribuir cine.

Sábado por la mañana, después de salir corriendo de mi casa por el ruido ya que mis vecinos están poniendo pisos nuevos, estoy sentada en un pequeño restaurante comiendo unos deliciosos hot cakes con un jugo verde y fruta. Mi esposo sentado a mi lado me escucha y mientras hablo me doy cuenta que esta idea, esta precisa idea que estoy explicando no es una idea cualquiera, es un descubrimiento real que probablemente va a cambiar el resto de mi vida profesional.

Nunca voy a pertenecer al club del cine tradicional, nunca. Esa industria no está hecha para que yo tenga éxito. Quiero aclarar que no estoy hablando desde un lugar de pesimismo, es simplemente una conclusión del análisis de hechos, de cómo funciona el mercado, de cómo funciona la industria. Una mujer, latina, que hace el cine que yo hago no tiene oportunidades reales ahí, pero vamos por pasos. ¿Cómo llegue a esta conclusión?

Primero hay que entender cómo funciona este sistema del cine tradicional, cómo se descubren nuevos talentos y cómo llegan a los cines. El sistema es bastante simple en teoría, haces una película, la mandas a festivales, te descubren, ganas premios, haces un trato de distribución, tu película se va a los cines, te vuelves un director reconocido y te dan financiamiento para hacer más películas con mejores presupuestos.

Simple en teoría. En este post no voy a cubrir las realidades de hacer una película, sino vamos a saltarnos a la parte jugosa de la que los cineastas tienden a no hablar, la distribución. Un cineasta inteligente sabe que antes de rodar la primera escena, si quieres tener éxito, tienes que tener un plan de distribución en mente. No importa que tan buena sea tu película, si no la ve nadie, no importa mucho.

Entonces digamos que optas por el sistema tradicional, vas a mandar tus películas a festivales y esperas que se muestre en algunos y ganar la atención del medio. Aquí viene el primer pero, digamos que hago una película sobre una mujer ecuatoriana que se va a buscar una nueva oportunidad de vida lejos de su país. La muestro a mis amigas, mujeres ecuatorianas que tienen ganas de viajar y les parece una gran historia, quedan tan conmovidas que ya están esperando la secuela y me convencen de enviarla a un festival porque es material de festival. Con un pequeño presupuesto envío mi película a los festivales importantes, después de todo tengo un presupuesto limitado y tengo que ser selectiva, también la envío a algunos festivales más pequeños que no cobran.

Aquí ya me topo con el primer techo, ¿quiénes son los que escogen las películas que se ven en los festivales? ¿Serán mujeres, serán latinas? Probablemente no, los festivales importantes siguen siendo dominados por hombres blancos por una razón, los que escogen las películas son hombres blancos o simplemente son hombres. Ok, la envié a algunos festivales feministas, y uno que otro festival latino pequeño y tal vez ahí si hay quien vea mi película y tal vez sea escogida, y tal vez pueda poner uno de esos logos bonitos de festival en el poster de la película. Pero seamos honestos, si quieres avanzar realmente, necesitas entrar a los festivales importantes, a Cannes, Toronto, Sundance, Berlin, Rotterdam o Venice o por lo menos a alguno de los populares como  SXSW, Locarno, San Sebastian, Raindance, Tribeca; quieres que tu película la vea la gente que tiene la capacidad de “descubrirte”, darte ese sello de aprobación y conseguirte la distribución que necesitas.

Algo que no te enseñan en las escuelas de cine es a hacer películas con un target, te enseñan de la luz, las historias, y de la edición. No te enseñan de donde sacar el dinero para hacer películas, ni te enseñan que una película es como cualquier otro producto. Una película es un producto, punto. ¿Haces un producto para todo el mundo? Buena suerte haciendo marketing para todos, sobre todo en esta era digital, a menos de que tengas miles de millones de dólares, déjame decirte, es una mala, pésima idea, aunque tengas mucho dinero. Lo primero que me enseñaron en mi master de estrategia y creatividad digital es a pensar en tu público, a quién le estás hablando, después desarrollas una estrategia pensando en eso. Un concepto bastante básico que no había considerado a la hora de hacer cine.

Si hago una película para mujeres latinas, creativas, sensibles, pero lo que necesito es que los hombres que tienen el poder me elijan entonces ¿a qué maestro sirvo? No puedo hacer películas para los dos, porque son públicos dimensionalmente diferentes.

Digamos que mi película que me tomó años de esfuerzo, miles de dólares, y mi alma llega a uno de los pequeños festivales, llego a poder darle un poco de difusión, y por gracia del espíritu santo alguien con dinero vio mi película, pude ir a ese festival, hacer el pitch y consigo la distribución. Wow mi película va a cines.

Sólo que en el deal de distribución pueden pasar mil cosas, y es probable que para que la película se mostrara tuve que venderles literalmente mi alma o mejor dicho mi propiedad intelectual. ¿Saben qué es lo que hacen los empresarios inteligentes? Protegen su propiedad intelectual a toda costa. Es decir aunque llegues a la distribución “deseada” acabas de hacer probablemente un mal trato. Sí tu película se va a ver en algunos cines, pero dependiendo de lo mal que te haya ido, tal vez solo llegue a cines selectos, una semana, y en un horario menos que estelar, recuerda que la competencia tienes millones de dólares y tratos desde el principio del tiempo con las cadenas de cine.

Podría sentirme realizada, pero ahora sigue la vida y tengo que hacer la siguiente película, solo que en lugar de tener una base de datos con toda la gente que alcanzó a ver mi película, no tengo nada, de hecho si Netflix compró los derechos, no sé ni cuanta gente la vió. Y puede ser que  muy poca gente la vea, existe el caso del documental “No se mata la verdad” que solo tuvo 8 asistentes en salas de cine.

Supongamos que tengo una película que entró a un par de festivales, y en donde gané un poco de dinero, pero no tengo nada más. Esto me deja de nuevo en el principio, un par de contactos más en la industria, pero nada más y honestamente después del trato en el que vendí mi alma, no tengo muchas fuerzas para pensar en otra película, no sé si valga la pena este esfuerzo.

¿Saben cuantos cineastas llegan con su opera prima a festivales y no vuelven a hacer una película que llegue a festivales? La respuesta corta es muchos, tal vez después de ver realmente como funciona esta industria muchos quedan descorazonados. Admitámoslo hacer cine es una de esas profesiones que muchos sueñan pero en la que pocos logran tener una carrera real.

Entonces al final del día, aún entrando a los festivales adecuados, aún con la distribución lista, todavía necesitas mucho más para que una película sea exitosa y esa opera prima te lleve a una nueva película. Lo que quieres es seguir haciendo cine para tu público. Yo no quiero hacer cine para los festivales, quiero hacer cine para mi público, y quiero poder vivir de ello, quiero contar muchas historias, no quiero la fama, quiero moverte, quiero inspirarte, quiero contarte algo que te haga sentir que vale la pena estar vivo.

Esto me lleva a mi nueva estrategia de hacer cine. En el que dejo el romanticismo atrás para pensar en el cine como un producto, un producto que puedo hacer llegar a mi público ideal como cualquier otro producto, además que sea rentable y me deje seguir haciendo más películas. En realidad para estos fines, los festivales serán la cereza en el pastel y no en lo que base mis películas. Repito no hago cine para todos, puedes debatir mi estrategia pero estoy orgullosa porque sé a quién le estoy hablando y eso es el descubrimiento del siglo para mí.

Mientras tanto mis amigas, sus amigas, y las amigas de sus amigas podrían estar viendo, hablando e inspirándose con mis películas, por eso, porque necesitamos más cine hecho por mujeres no puedo desistir, no puedo, pero tampoco tengo que entrar en un sistema en el que mis oportunidades son casi nulas. Eso sería lo mismo que tirar la toalla.

Si eres una cineasta y te sientes identificada con este post siéntete libre de enviarme un mensaje o comentario y podemos empezar a platicar de estrategias para esta nueva era digital del cine.

Desde Venus, cambio y fuera.

Con toda honestidad esta realización me dejó con el corazón destrozado, saben, todos queremos encajar, y darte cuenta de que no encajas y nunca lo harás es liberador pero también te rompe las ilusiones.

 

 

 

 

 

 

 

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Taller de Fotografía para Redes Sociales Quito 2019

Queridos amigos, regreso a Quito este año y volveré a dar mi taller de fotografía para redes sociales. Si te lo perdiste en ocaciones pasadas, esta es tu oportunidad.

 

Fecha: Sábado 27 de julio de 2019

Hora: 9:00 a 13:00

Inversión: 45 USD Precio Especial hasta el 23de Julio. Precio Regular 58 USD

Lugar: EL Útero – espacio sociocultural

Reina Victoria N21 -255 esq. y Jerónimo Carrión, Quito, Ecuador.

Temario:

1. Elige y conoce tu cámara

2. Aprende a usar tu cámara

2.1. ISO

2.2. Velocidad de obturación

2.3. Apertura

3. Equipo básico para tomar fotografías de producto

3.1. Trípodes

3.2. Fondos

3.3. Lentes

3.4. Iluminación

4. Bases de composición

5. Edición en tu celular

6. Formatos para redes sociales

7. BONUS (Toma fotos para tu marca)

Material de trabajo:

E-book “Fotografía para redes sociales”

Incluye toda la información del curso en un ebook que puedes consultar siempre.

Ebook incluye fotos y videos de ejemplo.

 

Captura de pantalla 2017-08-09 a las 7.10.00 p.m.

Sobre la expositora:

Cyndi Caviedes, maestra en estrategia y creatividad digital e ingeniera en medios audiovisuales, graduada en Alemania, es una artista visual, creadora de historias intimas e inquietantes. Ha trabajado con marcas reconocidas a nivel mundial, en Alemania, Holanda, México, Colombia y Ecuador, así como con pequeños emprendedores.

Desde 2014 se especializa en crear contenidos cinemáticos que transmiten los mensajes claves de sus clientes. Su trabajo se caracteriza por su tono cálido y humano que genera una conexión con el público. Su amplia experiencia con clientes de diferentes lugares del mundo la hacen la opción ideal para quién está buscando expandir sus horizontes.

INSCRÍBETE AQUÍ

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Cómo vencer tu miedo y finalmente hacer lo que quieres

Puede ser que este año este siendo uno de esos años cruciales, en donde pasan tantas cosas asombrosas al mismo tiempo que no puedes creer que sea tu vida.

A la vez es un tiempo de enfrentar muchos miedos irracionales, de ver las oportunidades y tomarlas, aunque se me hace un nudo en el estómago, no puedo dormir y quiero a veces solo meterme debajo de una roca. Tengo un poquito de síndrome del impostor, pero estoy abriendo mis brazos a todo lo maravilloso que puede traer la vida y quiero disfrutar la vida, emocionarme en lugar de asustarme.

La semana pasada pasaron muchas cosas que me pusieron ansiosa y que hice porque de verdad quería tanto hacer estas cosas. Creo que lo hice bastante bien, y quiero compartirles mis estrategias, espero que les ayuden a ir por lo que quieren.

Respira

Estaba en el avión, estábamos aterrizando o despegando, la verdad no estoy segura, pero de lo que estoy segura es de esa sensación de pánico, sentada en mi asiento me costaba respirar. Recordé una técnica de respiración que leí en el libro de Brené Brown “Rising Strong”. Consiste en inhalar contando hasta cuatro, mantener el aire por 4 tiempos más y exhalar contando hasta cuatro. Respiré hasta que sentí que mi pulso estaba regresando a la normalidad, no me da miedo volar, pero este vuelo en específico significaba el inicio de mi viaje, un viaje que significaba mucho para mí. Ibamos a filmar un documental con un equipo de mujeres, sobre una mujer increíble a la que admiro muchísimo, y el viaje en carretera hasta Veracruz me daba ansiedad también (viajar por carretera en México me hace eso).

La respiración me devolvió a mi centro y me di cuenta que todo estaba bien.

Ríe y emociónate

Si sientes miedo de cosas que quieres hacer y que quieres hacer pero no te atreves, a veces es bueno pensar en que ya lo estás haciendo, y en lugar de pensar todo lo que te asusta, pensar en lo increíble que te podría hacer sentir. Siéntete ya afortunado de tener estos sueños y si estás un poco más allá y estas dando el primer paso, emociónate porque aunque el primer paso haya sido pequeñísimo, ya estás haciéndolo, olvídate del futuro por un segundo y alégrate de tus ideas y de ser tu mismo. ¡Eres increíble!

Me bajaba del avión después de mi pequeño ataque de pánico y pensé, que increíble que estoy aquí, que increíble que tengo esta oportunidad, que increíble estar viva.

Un paso a la vez y un día a la vez

Esta semana pasada me hice mi segundo tatuaje. Encontré una artista increíble y tenía muchas ganas de conmemorar este tiempo con un tatuaje, como un ritual. Pero me da mucho miedo tatuarme, me veo como una gallina miedosa (le dije esto a mi tatuadora mientras me tatuaba y me dijo, pero aquí estas, eso significa que no eres tan miedosa), así que solo escribirle a la tatuadora a preguntar el precio ya me dio nervios, cuando acepto tatuarme y tenía que pagar me tomó unos días pagar, una vez pagado no había vuelta atrás. Le pedí a mi esposo que me ayudara a hacer la transferencia y cuando quedó tuve que respirar profundo y pensar en otra cosa.

El día de mi cita con Andrea no pude dormir, me levanté en la casa de mi amiga en CDMX con un nudo en el estómago y le hablé a mi esposo que se había quedado en Guadalajara. Le dije que no sabía si iba a ir a tatuarme. Estaba asustada, estaba sola. Pero mi esposo me ayudo a enfocarme en que en realidad yo sí quería mi tatuaje, solo estaba asustada….

Le llame a una amiga para que me acompañara (a la final solo pudo estar un ratito, pero me ayudo) y a las 4 de la tarde me subí al taxi para ir al estudio. Desde este momento tuve que enfocarme en solo el siguiente paso, subirte al taxi, sacar dinero para pagar, subir al estudio, preguntar por mi tatuadora, pensar en el diseño, y finalmente acostarme en la mesa para que me tatuaran.

¡Ay Dios! sufrimos más en nuestra mente que en la realidad. El tatuaje dolió muy poco, el diseño quedó precioso, mi tatuadora es una gran artista, conversamos mientras me tatuaba y me la pasé genial. Después de todo estaba tan orgullosa de mi misma por haber tenido el coraje de hacer lo que quería aunque me moría del miedo.

Pide ayuda

A veces tenemos que hacer cosas solos, y es importante tener confianza en uno mismo, aprender a respirar, enfocarse y hacer tus cosas, pero a veces podemos transitar una ruta con alguien más, podemos encontrar compañeros de batallas.

En este viaje trabaje codo a codo con una artista con la que comparto muchas cosas, hasta nuestro tipo de sangre, y apoyarnos en ese día a día que es un rodaje es algo muy valioso, por eso para mi es super importante tener un equipo en el que pueda confiar 100% porque mi profesión a veces es imprevisible y necesitamos reaccionar rápido, en esos momento no puedes no confiar.

Tenemos que tener las agallas para hacer lo que queremos, es la única forma en la que nos movemos hacia adelante y ser las personas que queremos ser. Supongo que aquí está la respuesta a ¿cómo lo haces? Cuando la gente ve mis locuras no saben que que detrás de esta actitud de confianza hay muchos microsegundos en que todo se desmorona pero me reconstruyo una y otra vez porque creo que tengo una misión y quiero hacer una diferencia.

Después de mi tatuaje caminando por la ciudad con mis amigas les dije, no sé cuando me volví tan miedosa, yo no era así, lo juró! una de ellas me miró y me dijo con sabiduría infinita en su voz, se llama hacerse adulto. Mi otra amiga dijo yo todavía no tengo miedo, y nos reímos, es porque no has cumplido 30 todavía, respodió mi otra amiga, más risas. Tal vez es cierto, tal vez la edad nos hace más precavidos, pero me rehuso a dejar de vivir por mis miedos.

Y si se lo preguntan todo lo que me daba miedo salió bien, en cambio algo que no vi venir sucedió y tuve que reaccionar, y ni eso estuvo tan mal.

¡Ve por lo que quieres, YA! La vida de todas formas va a suceder, más vale hacer algo bonito de ella.

Fotos del extraordinario viaje a Veracruz.

 

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Como sobrevivir un vuelo largo en clase turista

Hace 10 años mi idea de volar era muy diferente a la de ahora, tenía esta idea romántica de que volar era una experiencia (cómoda), lease con voz de millennial que cree que puede salvar el mundo, pero la verdad es que volar es poco glamoroso, prefiero mil veces los viajes en tren.

Una vez que uno puede costearse volar en primera clase la cosa cambia (un poco) pero para la mayor parte de los mortales la clase turista es como volamos, no se si es correcto decir clase turista, hasta la clase turista ahora ha sido dividida en esa pesadilla de miles de opciones en las que en la categoría más baja ya no te dan ni un vaso de agua.

Así que como sobrevivir un vuelo de más de 6 horas cuando el espacio es limitado, el entretenimiento a bordo casi nulo y el menú triste. Aquí les van mis tips después de incontables vuelos de ida y vuelta de Ecuador a Alemania.

ANTES DE SUBIRTE AL AVIÓN

Evita las escalas

Ya se que esto parece que no tiene mucho que ver con el tema, pero al comprar el vuelo es cuando normalmente empiezan los problemas. Una vez cometí la locura de viajar de Stuttgart a Quito con 3 escalas. En total estuve de viaje aproximadamente 30 horas y lo que quedo de mi cuando llegué no lo reconocieron ni mis padres (no es chiste).

Así que aunque vayas en clase turista busca el vuelo con la menor cantidad de escalas, a veces tomar un tren puede ser mejor opción (en Europa).

Menos es más

¿Han viajado con 15 kilos de equipaje de mano? Yo sí. Me dirán, pero no se puede viajar con tanto equipaje, la verdad es que si se puede con un poco de maña, pero no lo recomiendo. Si van a tener un vuelo largo, con escalas, lo que menos quieren es estar cargando tanto equipaje de mano. Si no tienes que hacerlo, no lo hagas.

Por esto cambié mi cámara principal y mi laptop a modelos más ligeros, llegar con la espalda molida por cargar mi equipo fotográfico no es algo que quiero repetir. (Aunque mientras escribo en el aeropuerto de CDMX traigo como 15kg de equipaje de mano porque me estoy mudando).

Viaja ligero.

Evita los aeropuertos conflictivos

Sabes que es peor que un vuelo largo, un vuelo largo que salga tarde, o donde te rompan tu maleta. Este es un tip general más que de vuelos largos.

Aquí mi lista negra de aeropuertos:

-Benito Juarez Ciudad de México

-El Dorado Bogotá (aunque estoy pensando en sacarlo de la lista negra)

-Barajas Madrid

Aeropuertos donde no he tenido malas experiencias:

-Tocumén Panamá

-Cancún

-Quito

-Amsterdam

-Frankfurt

 

VAMOS A VOLAR

Pijama Party

Viaja como si te fueras ir a dormir. Un viaje largo en avión, en clase turista, es de las experiencias más incomodas que he tenido en mi vida, para lograr acomodarme he tenido que recurrir a convertirme en un pretzel para poder acomodarme y dormir.  Sobre todo si el viaje es durante las horas de la noche (mi elección) es bueno que vayas lo más cómodo posible. Evita los jeans, telas de poliéster y ropa apretada a toda costa.

Es muy útil también llevar un suéter extra-grande y medias extras. Los aviones pueden ser muy fríos.

Indispensable es llevar una almohada para el cuello, de esas que parecen donas, las hay también inflables para que no sean tan estorbosas.

Entretenimiento

Mientras unos somos afortunados y podemos dormir casi en cualquier lugar (en un vuelo de Bogotá a Frankfurt dormí 8 de las 12 horas de vuelo) otros estarán despiertos la mayor parte del tiempo. Llevar tu ipad con un par de películas, música o audiolibros puede ser una buena idea para pasar el tiempo. Ese libro que nunca parece que puedes terminar de leer, puede ser una buena opción cuando te desconectas del mundo un ratito  (odio pensar que van a poner WiFi en los aviones).

Muévete

Aún si eres bueno para dormir, en cualquier vuelo largo no está de más levantarse de vez en cuando para estirar las piernas. Puedes darle una vuelta al avión, y quedarte parado un momento para cambiar de posición por un momento. Si eres flexible y atrevido como yo hasta podrías intentar estirarte un poco en la parte trasera del avión donde suele haber un poco más de espacio. Creéme los calambres y el dolor de espalda suelen arruinar la experiencia de volar.

Hidrátate

Estar por tanto tiempo en un avión no es optimo para tu cuerpo y aunque no conozco las razones exactas en mi experiencia tiendo a deshidratarme mucho en los aviones, así que como precaución llevo siempre una botella reusable y la relleno con agua para siempre tener algo de tomar.

También puedes llevar un par de manzanas, te hidratarán, además de que te darán energía y son fuente de fibra. Lo mejor es que por ser tan comunes no suelen hacerte problemas en seguridad.

¡Ahora sí, feliz viaje!