Tengo un recuerdo muy claro de cuando era niña y la maestra de primer grado tuvo una charla con mi madre sobre mi falta de integración porque me sentaba a comer sola en el recreo.
Mi mamá no recuerdo en que tono me lo contó, pero sí recuerdo no haber entendido que era lo que querían de mí.
Ahora tiempo después me doy cuenta que mi naturaleza soñadora me hacía no extrañar mucho a los otros niños cuando yo estaba en mi mundo imaginario. No sabía que ser un ente que va de nube en nube de sueños estaba mal visto, era solo una niña…
Siempre he sido un poco así, de pronto en algún viaje alguien se ofende porque de pronto he dejado de hablarles a todos. Lo toman a mal porque no entienden que me he ido a soñar despierta. Estamos a la orilla de un río y mientras los demás conversan y conviven yo sueño con las imágenes y personajes de alguna historia que quiero contar o simplemente me maravillo, solo quiero contemplar la belleza que me rodea en silencio.
Estar solo y soñar despiertos son cosas que hace la gente creativa, la gente que tiene mil ideas, que se dispersa y vive a veces en universos paralelos.
A veces me he preguntado si no soy un poco egoísta por arrastrar a todos los que encuentro en mis aventuras creativas, si no soy narcisista por pensar que vale la pena incomodar y pedir ayuda para convertir esos sueños en realidades. Dudo que sea correcto ser diferente, especial, e intento un poco mimetizarme, sin mucho éxito.
Constantemente la creatividad es lo que me hace respirar, me hace vivir, y sinceramente no es algo que puedo controlar, no es algo que quiero controlar.
Ser creativo no es una profesión, es una forma de vida, aunque el sistema educativo intenta matar a los que sueñan despiertos, la vida real nos muestra una y otra vez que es en donde vive la genialidad. Los soñadores, raros, geeks, nerds y todo los que viven en realidades alternas son los que proponen, los que mandan mensajes que terminan cambiando hasta nuestra forma de vivir.
Entonces no quiero ser la niña que se une al grupo en el recreo, soy y seré siempre la eterna soñadora.