Es increíble como cada día nos tomamos menos tiempo para las cosas importantes, conversar cara a cara, disfrutar de un libro, tomarse el tiempo de disfrutar la comida y la compañía de la gente que queremos.
Vivimos en un mundo lleno de facilidades, sobre todo para tomar una foto, la computadora tiene una cámara, los teléfonos, y ahora hasta las televisiones tiene cámaras, pero realmente no nos tomamos el tiempo de prepararnos para una foto, vestirnos con nuestras mejores ropas, y tomarnos una foto de la que estemos tan orgullosos que la queramos enmarcar.
Mandar a que pintaran un retrato tuyo hasta hace unos años no era tan extraño, una de las cosas más maravillosas es poder ver a mi abuelita querida inmortalizada en manos de un artista. El tiempo pasa tan rápido y a veces es bueno detenerse y agradecer por ese momento y capturarlo para un día gris.
No estoy segura cuando fue la última vez que mi mamá fue retratada como Dios manda, pero estoy segura de que fue hace mucho tiempo, y realmente quería tener una foto suya, como el retrato de mi abuelita, una foto que pudieran ver mis hijos, o mis nietos y ver lo hermosa que es mi mamá, pero sobre todo una foto para poder verla yo! Ver que es una mujer guapa, sexy, maravillosa. Así que ahora que vino a visitarme me propuse retratarla.
Advertencia para los que quieren fotografiar mujeres, un retrato como este puede potencialmente cambiarle la vida a alguien, algunas de las reacciones comunes al ver sus imágenes son lágrimas, risas nerviosas y grandes sonrisas.
Piensen que tomarse una foto con un profesional es más que una foto es una experiencia que te hace ver lo mejor de ti mismo, y adoro que mi trabajo sea ver la luz de cada persona.
Te amo mamá!