Hace unas cuantas semanas mi novio regresó de San Francisco después de pasar algún tiempo trabajando con sus colegas de GitLab. Y entre muchas anécdotas me contó la de “the strong independent woman” (la mujer fuerte e independiente). La anécdota no era tanto una anécdota, sino una frase que empezaron a lanzar entre ellos cuando tenían que estar de acuerdo en que sus novias o esposas se parecían en ciertos comportamientos.
¿Entonces no soy yo la única con este problema? Wow. Sarcasmo aparte aparentemente si es un problema que nos acosa a muchas mujeres de mi generación. Mujeres que crecieron para ser profesionales, para ser independientes, y sobre todo para tener las herramientas necesarias para enfrentarse al mundo.
A veces parece que somos mártires de nuestras ideas, de no querer ser vulnerables y presentar al mundo esta fachada de la mujer luchadora que lo puede todo, puede ser madre y profesional, además tener una vida social respetable y verse delgada y perfecta.
Hace poco después de una visita a la curandera recomendada de Cumbayá caí en cuenta que estaba reprimiendo mi lado femenino. Aclaración práctica todos tenemos un lado femenino y masculino. La curandera me hizo preguntas de mi pasado y de mi trabajo. Yo sinceramente solo iba a ver si alguien por fin me quitaba la inflamación del nervio ciático y salí con un par de revelaciones.
Entonces he entendido que por querer ser competitiva he terminado negando una parte mía, y eso en ningún caso es saludable, ergo problemas de espalda, gastritis, etc. Entonces he empezado la tarea de conectarme con mi lado más sensible y vulnerable. Eso significa confiar en que mi pareja va a cuidar de mi, que mi familia es mi soporte, que mis amigos me apoyan. También significa delegar con confianza y creo que sobre todo soltar el control de la vida.
Parte de estas metas no son fáciles, me gusta tener planeadas mis cosas y estar preparada para el peor escenario, pero eso hace que también me cueste pedir ayuda porque eso significa aceptar que no soy independiente y autosuficiente. También significa que si no lo planeo todo soy vulnerable a lo que el universo tenga para mí y pueden ser cosas maravillosas, supongo que también desastrosas, pero es ahi cuando la confianza en tu red de apoyo y en nosotros mismos juega un papel importante.
En definitiva las mujeres deberíamos de saber que somos seres preciosos, capaces de dar vida, capaces de formar sociedades, capaces de guiar y cuidar. Subestimamos nuestro lado femenino. Subestimamos el potencial de nuestro lado femenino y masculino alineado.
Así que el reto es olvidar todo lo que nos han enseñado en la sociedad consumista, conectarnos con nosotros mismos, con la naturaleza y con la gente a nuestro alrededor.
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