Justo cuando piensas que lo tienes todo resuelto, la vida te lanza una bola rápida, de pronto ya nada tiene sentido. Así he estado los últimos días, confundida, sin entender para que te esfuerzas tanto en planear, en avanzar si la vida hace lo que quiere…
Creo que tal vez me he enfocado en hacer que las cosas funcionen, y cuando me asusto porque mis planes se van a la basura me cuesta quedarme quieta en mi inconformidad, me cuesta no hacer nada, porque siempre he pensado que hay que actuar para resolver las situaciones que se nos presentan.
Tal vez quedarme en silencio y sentir es lo más difícil, y esperar a que desde dentro desde la intuición se revele el siguiente paso, lo que se sienta correcto en ese momento sin tener nada que ver con el resto de nuestra vida.
Creo que parte de mis valores es mirar hacia adentro, y contestar preguntas incómodas para vivir de forma auténtica a mi yo del día de hoy. Cada día cambiamos y nuestros sueños también van cambiando, lo que ayer me emocionaba no tiene porque emocionarme hoy, y eso está bien.
Estoy tomándome esta nueva etapa simplemente como una nueva aventura, una que no me imaginé nunca tener, no estoy segura de a donde lleva este camino, pero tengo que confiar que a pesar de no ver la línea de meta, todo tiene un propósito, que estoy viviendo y no sobreviviendo, que estoy dando en donde puedo.
No estoy segura a donde voy, no estoy segura de nada realmente, y supongo que hay tiempos así en la vida. Estoy trabajando para estar bien con eso….