Muchas veces he querido describir que es lo que hace a una imagen especial, única, y sobre todo memorable, pero no podía poner en palabras que era lo que tenían en común todas esas imágenes extraordinarias, hasta hace un par de días en que finalmente como un rayo me fulminó la idea de que todas de una u otra forma cuentan una historia. Es algo tan simple, tan claro, y a la vez tan complejo. Los seres humanos somos cuenta cuentos, en cada uno de nosotros hay una historia única e irrepetible que contar, no todos lo hacemos, otros como yo no se conforman con una historia, e inventan mundos imaginarios y personajes de fantasía para saciar esa sed narrativa. Creo que es por esto que nos sentimos tan atraídos a una obra de arte que no solo sea hermosa sino que tenga un alma que nos transmita más de lo que podemos ver a simple vista.
Mi ejemplo favorito es la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, una imagen que parece tan simple pero que nos hace pensar en la historia detrás de esa mirada tan enigmática. Cualquiera que haya tenido el placer de estar en su presencia sabe que a pesar de no ser de gran tamaño, atrae a miles de personas diariamente. Así que si el gran maestro usa esta técnica estoy segura de que yo también la voy a usar, seguramente con resultados más modestos.
En las próximas semanas quiero escribir más sobre este tema tan interesante, porque me apasiona realmente. Además estoy planeando escribir largo y tendido sobre la producción de mi primer documental (pronto online) sobre todo para la gente que quiere filmar con una DSLR pero no está segura cómo.
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