Estar en la zona, fluir. Este concepto fue nombrado por Mihály Csíkszentmihályi en 1975 y describe un estado en el que la persona está completamente inmersa en la actividad que realiza, es hacerse uno con la tarea a mano y ha sido parte de prácticas espirituales como el budismo zen japonés desde hace cientos de años.
Como creativa activa pude relacionarme muy rápido con este concepto en el que uno puede desarrollar una actividad con concentración absoluta, deleite, y confianza en nuestras capacidades para llevarla acabo. Experimento este estado cuando estoy en el set, cuando estoy sola creando una nueva historia, al editar un fotomontaje complejo, al tocar la guitarra. Las tareas pueden ser largas, complejas y agotadoras, sin embargo el tiempo se siente que pasa de una forma diferente, es como estar en una burbuja en el que solo importa lo que hacemos en el momento.
Los últimos dos años había sido difícil llegar a fluir, entre el caos a mi alrededor, las largas horas de trabajo y las constantes distracciones de mi teléfono y del internet en general, me había costado bastante enfocarme en algo de una forma tan especial.
Sin darme cuenta había perdido la capacidad de sumergirme en una tarea de manera que lograra crear trabajo con sentido. Durante los últimos meses he logrado regresar por periodos cortos de nuevo a este estado de flujo. Estas son algunas de las cosas que noté me ayudaban a llegar a este estado:
Tiempo y espacio de crear
Muchas veces pensaba que estaba siendo productiva, cuando en realidad estaba dividiendo mi atención constantemente entre llamadas, e-mails, notificaciones, mi teléfono, redes sociales, colegas, etc.
Normalmente realizo mi mejor trabajo durante la tarde/noche. Una vez que he liberado mi mente de los pendientes, cuando la mayor parte de la gente empieza a descansar, es cuando siento que ya no seré interrumpida y puedo hacer tiempo para trabajar en algo especial.
Es esencial sentir que podemos prestarle atención completa a la tarea a mano. Pueden ser dos horas después del trabajo, para mi son las horas de las 6 a las 9 de la noche, en días especiales puedo salir un momento a caminar y continuar durante un par de horas más entrada la noche.
Para cada quien ese momento y lugar serán diferentes. Cuando trabajaba en una oficina logré concentrarme de mejor forma (aunque nunca llegué a un estado de flujo) muy temprano en la mañana, entre las 6:30 y las 8:00 am.
Pasión
Estar en la zona, para mi no sucede con cosas que no disfruto hacer, creo que por esto hacemos nuestro mejor trabajo cuando lo disfrutamos, cuando la tarea misma es la recompensa.
Mente quieta
La mente a veces se siente como un mono que no deja de moverse ni de gritarnos, pero para entrar en un estado de flujo nuestra atención debe estar completamente dirigida a lo que haremos. Si bien no ser interrumpidos por estímulos externos es ya una gran ayuda, normalmente es nuestra propia mente la que está demasiado ocupada con preocupaciones y tareas mundanas.
Meditar ha sido una de esas herramientas que ha logrado ayudarme a callar las voces internas, además de relajarme y ser buena para controlar ataques de ansiedad. Al saber que mis pensamientos pueden ser callados he logrado concentrarme profundamente.
Alejarse del celular y de las redes sociales
Uno de los beneficios que sentí casi de forma instantánea al dejar de usar de forma intensiva las redes sociales y alejarme de mi teléfono, fue que me ayudó a que recordara lo que era inspirarme, dejar que mi mente divagara y a usar mi imaginación. De pronto estoy sentada esperando mi orden de ensalada en uno de mis restaurantes favoritos de la zona, tengo a mi perrita a mis pies, y por primera vez noto el patrón del piso, veo hacia afuera en la calle y veo a la gente pasar, escucho algunos perros ladrar, puedo simplemente estar presente.
En el estado de flujo uno está completamente presente en la experiencia, y si tenemos la ansiedad de checar nuestro teléfono cada 2 minutos, difícilmente lo lograremos. Incluso la vibración del teléfono puede interrumpir nuestro estado de flujo.
Sin juicios
Saber que estoy en un lugar y espacio en donde soy libre de crear con confianza en mis habilidades y sin juzgar, me hace sentir que todo a mi alrededor desaparece, una vez terminado puedo hacer ajustes o ver cómo mejorar, pero en el momento de crear mi mente está inmersa solo en lo que hago, no en si está bien o mal.
Música
La música para mi es el ritmo de la vida, si estoy sola puedo escuchar música mientras creo. La música misma puede crear el ambiente que necesito para fluir. Diferentes estudios muestran la influencia de la música en nuestra productividad.
Para mi la música es una herramienta para inspirarme, imaginar y crear.
Crear en estado de flujo es el santo grial de hacer lo que amas, es entregarse por completo, es el premio, es juego, es capacidad de improvisación, es dedicación y confianza.