Hay una adrenalina especial que se siente el día antes de empezar el primer día de rodaje, durante meses nos preparamos para ese momento en el que todas las piezas deben caer en su lugar. Desde la primera oración que se escribe, hasta la hoja de llamado que entregas antes de empezar a rodar.
Cada día que estamos en el set es un reto, la presión puede acabar rápidamente con nuestra concentración y energía. Aquí hay un par de tips de como sobrevivir días largos e intensos.
1. Café, snacks, comida caliente
No hay forma de sobrevivir a un rodaje sin estas tres cosas. El o la productora de campo debe llegar primero al set para muchas cosas, entre ellas tener café listo. Si has tenido que empezar tu día muy temprano sabrás que la motivación que da el café es difícil de superar. Si a ese café le añades un poco de pan y fruta, tendrás un equipo mucho más dispuesto a trabajar.
A medio día siempre es importante tener comida caliente, cuando las producciones tienen poco presupuesto es posible hacer tratos con restaurantes a cambio de publicidad. Esta comida hace una gran diferencia. Si han pasado un día filmando en condiciones difíciles sabrán que sentarse a la mesa y disfrutar de un buen plato de comida, hace que las cosas sean de pronto más sencillas.
Si no tienen nada de presupuesto y todo su equipo está prestando su trabajo es aún más importante tener comida como forma de agradecimiento y de motivación.
2. Pausas
Parte de la planeación de un día de rodaje significa pensar cuando se podrá tomar un descanso. Las pausas son necesarias para descansar la mente, respirar. Muchas veces en medio de la adrenalina no sabemos ni como detenernos, es por esto que una persona siempre debe de ayudar al equipo a descansar cuando el plan lo indica.
3. Confía en tu equipo
Hacer cine es trabajar en equipo, tu equipo se convierte no solo en la base de tu trabajo, sino en el factor que determinará la calidad del proyecto. De nada sirve tener grandes profesionales, si no confían los unos en los otros. En momentos donde se toman desiciones en fracciones de segundo, es necesario saber que puedes concéntrate en tu trabajo y confiar en que todos los demás harán el suyo de forma adecuada. Intentar controlar a todo y a todos te desgastará a ti y a todos los involucrados.
4. Prepárate
Desde cosas muy simples como usar ropa y zapatos cómodos hasta haber planeado con detalle cada escena a filmar, estar preparado te ayudará a estar un poco más relajado. El día del rodaje ser espontáneo es una receta para el desastre. Respeta el compromiso de tu equipo y prepárate lo mejor que puedas.
5. Ríe
Siempre que puedas. Recuerda, es un privilegio hacer cine.
9 meses en Ciudad de México, nuevo trabajo, nuevas experiencias, y muchos retos, tal vez el reto más grande, hasta ahora, ha sido construir mi identidad entorno a mi origen. ¿Soy mexicana o no lo soy?
Técnicamente sí. Nací aquí, mi madre es mexicana, mi pasaporte también. Ya estoy escuchando a mi madre diciéndome que claro que soy mexicana, ella se aseguro de eso. Mi casa en Ecuador claro que es México chiquito. Pero mientras más pasan los meses, más me doy cuenta que no sé si puedo decir que soy mexicana, a veces uso palabras que la gente no entiende, cancelar aquí no es lo mismo que en mi cabeza, las gradas son escaleras, las piscinas son albercas, etc.
Otros días me doy cuenta que hasta puedo ser más mexicana que algunos, sobre todo cuando mis compañeros roban mis chilaquiles hechos en casa re-picosos, cuando cuento como se hacen tortillas desde cero, y que sé lo que es el mixtamal tradicional (masa para hacer tortillas).
La vida sigue y me como un pan con dulce de leche, porque no me gusta la cajeta, y el pan me lo como a regañadientas porque no encuentro donde comprar pan “decente”.
Solo soy medio mexicana, solo soy medio ecuatoriana, digo chévere y también que está chido, me gustan los tacos a morir, y podría a veces vender un riñón por un bolón de verde, esa estoy segura de que es la sangre guayaca en mis venas.
Cuando algún conocido que viene del sur habla de algún huevón yo lo entiendo, mientras el resto se miran con cara de confundidos, me siento de pronto orgullosa.
A veces me confunde esto, a veces me hace reír, a veces me siento sin patria, pero tengo corazón de gitana y me siento feliz de ser quien soy.
Lo acepto, no soy una mexicana común, soy la que se fue a volver.
Durante los últimos meses hice lo que creo fue el último intento por encontrar un trabajo dentro de una empresa audiovisual para hacer lo que estudié y se hacer.
Desde 2011 he trabajado con empresas en Alemania, Ecuador, Colombia y México, con resultados mixtos. He de recalcar que hasta ahora la mejor experiencia fue trabajando como J. Art Director en Alemania para Schatwzerk, mi jefa me enseñó muchísimo y aunque la empresa tomo un camino diferente al mío, todavía siento que fue una gran experiencia.
Quisiera no decir esto, pero ¿es una coincidencia que la mejor experiencia laboral haya sido con una jefa? He tenido jefes decentes, pero nunca me sentí apoyada, ni sentí que tenía alguien que fuera mi mentor hasta que trabajé en Schtazwerk.
Tristemente mis primeras experiencias laborales en México rebasaron los límites del machismo y de la explotación, y en Ecuador lamentablemente no me fue mucho mejor, empezando porque según la gente que me entrevistó para trabajos, yo estaba sobre-capacitada para el trabajo.
Una crisis de nervios y una buena tanda de jefes abusivos después, no podía ni siquiera imaginarme trabajar para alguien más de nuevo.
Llegué a pensar que la culpa era mía, pero meses de reflexión me han hecho ver que estoy peleando contra la corriente y eso es muy cansado, sobre todo si no sabes como.
Hace poco Netflix me recomendó una de sus nuevas series Abstract. Una serie sobre diseño. La serie en sí, me encanta, de hecho creo que es una serie que vería más de una vez. Mirando a estos artistas no pude dejar de pensar que alguien, quien sea, les había dado una oportunidad, tal vez una sola persona creyó en ellos, pero estaban preparados, en el momento adecuado y lograron que sucediera.
Esto me hizo preguntarme, y que pasa si nadie te da esa oportunidad, porque hasta ahora nadie había querido darme esa mano amiga, hasta ahora no he tenido mucha suerte en ese aspecto.
¿O no?
Ahí es cuando finalmente me di cuenta que sí me han dado oportunidades, mis clientes me han dado oportunidades, han confiado en mi trabajo, han trabajado conmigo hombro a hombro y hemos hecho proyectos geniales.
Entonces, tal vez es hora de que yo misma me de la mano, crea en mi misma y le de la mano a otras mujeres en mi posición. El medio audiovisual es extremandamente machista, y si no hay empresas que den igual oportunidad a hombres y mujeres, entonces tendré que por lo menos intentarlo.
Este intento tal vez hoy no se vea como gran cosa, pero empieza por las pequeñas cosas.
Invertir en mi visión, en mi pasión y en lo que creo es para mí el mejor uso de mis recursos. El mundo no va a cambiar por si mismo, el mundo cambia como resultado de nuestras acciones.
En los últimos años he tenido la maravillosa oportunidad de viajar y conocer muchos países y lugares diferentes. Viajar es un privilegio, me queda claro, y por eso creo que es una inversión que nos ayuda de formas inesperadas.
Viajar nos ayuda a crecer como personas
Puedo notar claramente cuando trato con alguien que ha viajado y con alguien que no lo ha hecho mucho. Alguien que piensa que viajar es ir de shopping a Miami y alguien que se ha ido de mochilero por Sudamérica o por Europa, alguien que ha vivido con gente de diferentes culturas, que aprendió un nuevo idioma y una nueva forma de vida. Los viajeros suelen ser más abiertos, juzgan menos.
Viajar te hace ser más flexible
No hay duda en mi mente, que yo podría haberme convertido en una cabeza dura. (Más de lo que ya lo soy.) Pero al viajar y vivir en otros lugares aprendí a adaptarme, a cambiar, a ser una y otra. La Cyndi de México no es la misma de Alemania, ni la de Ecuador y aún así todas son yo misma. Si no logras ser flexible, es difícil que te vuelvas un viajero real, porque viajar requiere adaptarse.
Viajar te hace ser menos controlador
Las maletas se atrasaron, el vuelo llegó a un aeropuerto diferente, te robaron en el tren, etc. Todos escenarios completamente plausibles cuando viajas, y si no aceptas que la vida a veces es diferente de lo que lo planeaste, te costará más reaccionar y resolver, o dejar ir lo que no puedes cambiar. Mi mentalidad viajera es dejar el control en casa, y a veces regreso y la yo controladora parece menos segura de si misma.
Salir de viaje temporal o permanente
Te da perspectiva
Tu país apesta, y su gente, el transporte público, etc. ¿Suena familiar? Pero sales y te das cuenta que el mundo puede apestar de todas formas, la gente de tu país es realmente amable, el transporte público no era tan malo como creías. (Esto último me pasó cuando llegué a la Ciudad de México, ahora pienso que el transporte público en Ecuador no está tan mal…. ).
No puedes ver el bosque por los arboles, dicen por ahí. Es más difícil apreciar todo lo bueno que tienes a tu alrededor si no hay nada con que compararlo.
Te hace menos prejuicioso
Mientras más abierto estás a nuevas experiencias, más te das cuenta que la gente te puede sorprender, que los lugares que no estaban en la guía turística son los que más te gustaron, aprendes a experimentar primero y juzgar después. Comida “exótica”, nuevos deportes, nuevas formas de transporte, etc.
Te hace ser más creativo
Acabas de perder tu cartera con todos tus papeles, estás en Londres, no tienes ni un centavo y necesitas pagar tu cena… ¿Qué hacer? Tu cerebro empieza a funcionar en modo de supervivencia. Este escenario no es hipotético, me pasó. Me subí a un auto de policía en Londres, corrí como 2 kilometros para que me hicieran una transferencia, encontré finalmente un lugar que me daría el dinero que me estaban transfiriendo, y regresé al restaurante donde me esperaba mi mamá para pagar nuestra cuenta. Todavía no puedo creer que una patrulla en Londres me dio un ride…
De pronto te das cuenta de todo lo que eres capaz de hacer y eso es lo más maravilloso de todo. Viajar te hace no solo salir de un lugar, te hace salir de ti mismo.
Hay momentos en la vida, en los que todo tiene sentido, momentos de absoluta claridad. Esto fue lo que me sucedió hace un par de meses, cuando de pronto, se hizo muy claro, que mi situación laboral como freelance no era la mejor opción.
Es difícil, casi imposible, continuar viviendo y aferrarse a lo que ya no es. Los cambios son como la marea; a veces está baja y puedes ver el panorama, pero de pronto sabes que una gran ola te hundirá.
Así me sentí durante estas semanas, debajo de una gran ola, luchando por salir a tomar oxígeno.
Navegar las olas de la vida puede parecer una tarea exhaustiva, hasta que dejamos de resistirnos. La verdad es que podemos controlar muy pocas cosas en nuestra vida, para alguien que le gusta planear, organizar y controlar esto es una verdad difícil de tragar.
Lo maravilloso de esto es que no sabes en que playa desierta, maravillosa, te va a dejar la próxima ola. Si no resisto, si acepto, si confío en el universo, en Dios, si lo dejo al volante, entonces de pronto ya no me ahogo, estoy flotando. Estoy disfrutando el momento.
¿No se trata de eso la vida?
Así que estoy disfrutando de esta oportunidad que se me presentó de salir a tomar aire, a ver algo diferente, de desviar mi camino, y aunque parece heterodoxo, sé que un día veré atrás y sabré que tomar un trabajo en un área completamente diferente a la mía, fue la mejor decisión.
Como artista, creadora, el propósito es ese exactamente, crear, tener la oportunidad de seguir haciendo lo que me hace sentir viva. Mientras me gano la vida haciendo relaciones públicas y servicio al cliente, mi mente se despeja para crear, para soñar. Una vez que el dinero no es un problema, solo queda encontrar las fuerzas y el tiempo para hacer que las cosas sucedan.
2014, el año en el que escribí mi primer cortometraje. Cuando me decidí a escribir “El Regreso de Lena” sabía que iba a ser un gran desafío, sabía que estaba embarcándome en un viaje a lo desconocido. Era por un lado un ejercicio de exploración personal sobre mi regreso a Ecuador, por otro lado era la primera vez que le daba forma a un guión.
La historia original era un borrador patético, lleno de clichés, y de diálogo sin fondo. Mi primer intento fue malo, pero me dejó sacar todo lo que necesitaba expresar. Volqué mi nostalgia, mi sentido de perdida, mi confusión, mi frustración en ese primer borrador.
No hay forma de escribir un buen guión sin primero escribir uno mediocre. Es duro escuchar esto, pero es la realidad; el primer intento nunca será lo mejor, pero hay que hacerlo, hay que cometer errores, para poder corregirlos.
Ese primer intento casi nadie lo leyó, era demasiado básico, crudo, pero tenía un guión, tenía 12 páginas llenas de material para trabajar. La primera versión data de diciembre del 2014. Empecé a escribir en septiembre.
Empecé a trabajar en una versión lo suficiente madura para intentar filmarla, para poder presentársela a un posible equipo de producción.
Pasó algún tiempo hasta que tuve los cambios y reuní el valor para buscar un equipo. La siguiente versión es de marzo del 2015.
La escritura es una actividad solitaria, me encanta sentarme con la página vacía delante y crear. Me parece el mejor lugar del mundo, música en mis oídos y un sin fin de posibilidades.Hacer cine al contrario es un trabajo de equipo, uno de los más intensos.
Así que solo era cuestión de tiempo que alguien más fuera a entrar en mi mundo. La primera reunión de “El Regreso de Lena” fuimos 9 personas. Primero no podía creer que 9 personas quisieran apoyarme, algo había hecho bien. Ese día sábado, leímos en voz alta el guión. Sentí como si me estuvieran escarbando las entrañas, sentí que estaban viendo en los lugares más oscuros de mi alma, sentí con cada palabra, que me estaban desnudando.
Ese día el proyecto dejó de ser un sueño. Algo extraño y maravilloso pasa cuando lees un guión en voz alta, de pronto todo cobra vida. Lena había nacido, y la gente la veía, interpretaba sus silencios, su forma de mirar al cielo, su forma de bailar. Lena ya no era mía.
Este fue el inicio de lo que sería un viaje muy intenso hacia la esencia de la historia de Lena. Entre el guión original y el final hay unas 10 versiones que leí en voz alta y muchas más que jamás fueron vistas. En esas versiones cambiaron muchas cosas, pero el mayor cambió sucedió de una forma imprevista, y que aunque en el momento fue duro, ahora sé que no tendría la historia que tengo hoy, si no hubiera pasado.
Lo que pasó es difícil de contar, es doloroso. Dado que mi principal ocupación mientras estaba produciendo el cortometraje no era esa, tenía que combinarla con mi vida laboral. Así que cuando me contrataron para trabajar en Bogotá, era claro que tenía que ir a ganar dinero, el proyecto tenía que esperar. Esta fue la oportunidad perfecta para que más de la mitad del crew, actriz incluída, decidieran grabar el cortometraje, o lo que habían dejado de él, sin mí.
Cuando regrese unas semanas después y me di cuenta de lo que había pasado, supe que tenía dos opciones, dar por muerto por el proyecto o darle todo lo que tenía. En medio de la rabia y la tristeza intenté hablar con los que yo creía mis aliados, solo para escuchar que mi versión del cortometraje no era buena que era superficial, que el diálogo era superfluo, que no sabía escribir y debía dejarle ese trabajo a alguien más experimentado.
Escuchar esto fue difícil, pero lo tomé como un reto. Hablé con Carlos y Marcela, que habían sido parte del equipo original, y les conté lo que había pasado. Ellos me apoyaron, y por eso, les estaré eternamente agradecida.
Con un poco de soporte moral de amigos y familia, todavía con la sangre hirviéndome decidí tomar muy en serio los comentarios de mi guión. Hice lo único que podía para todavía filmar el guión y que Lena pudiera ser vista por el mundo. Le quité a la historia todo lo que no era esencial, por un lado sería más fácil de filmar y por otro lado me demostraría que mi historia no era superficial, que había substancia detrás de todos mis errores.
El guión final de Julio del 2015 tiene 6 páginas. Quité escenas enteras, personajes y la mayor parte del diálogo.
Justo al mismo tiempo, finalmente mis esfuerzos por conseguir una cita con el Director del Ballet Nacional rindieron fruto y conseguí lo que necesitaba para salvar el proyecto.
Hoy la historia de Lena es uno de mis grandes logros. Porque dejé la historia en los huesos. Le quité todo lo que no fuera esencial. Acciones y no dialogo, juegos de tomas para decir más con menos.
Sabes que tienes una gran idea, sabes que tienes muchas ganas de ofrecerle al mundo eso que solo tú puedes brindarle, pero cuando piensas en hacer realidad tu sueño, te das cuenta que el mayor obstáculo no es tu creatividad, es tu bolsillo. ¿Suena familiar?
No soy la primera, ni la última emprendedora que se ve en este apuro. ¿Cómo comenzar un proyecto cuando no tienes los medios para hacerlo?
La verdad es que esta pregunta, me la hice muchas veces durante los últimos años. Sueño con un día poder tener mi propia empresa, algo en lo que pueda vertir todos mis conocimientos. La conclusión a la que he llegado es, que sin capital es muy difícil empezar, no es imposible claro, pero una base económica es necesaria para que nuestro emprendimiento no sea un martirio, en lugar de un sano reto.
¿Por dónde comenzar?
Ahorrar.
Desde que salí de la universidad tuve una meta muy clara, ahorrar. Si me han leído lo suficiente, sabrán que soy una firme creyente en hacer lo necesario para tener ese dinero, que me permita hacer lo que quiero. Ahorrar para mí no es una opción, es una herramienta.
Ahorro en muchas cosas, y aunque sí me doy mis gustos de vez en cuando, también estoy consciente que estoy ahorrando para financiar mis sueños.
Así es que siempre pensé que era necesario trabajar para alguien más por algún tiempo para poder invertir en mi misma, eso nunca me hizo sentir que estaba siendo desleal a mis ideales, solo realista.
Ahora, se preguntarán y mientras espero a tener el dinero suficiente se me pasa la vida en eso. Lo que me lleva al siguiente punto.
Prepárate
Hay mucho que puedes hacer mientras estás ahorrando para tu sueño. Lo importante aquí no es tener grandes avances, sino tener avances. Se puede empezar por cosas pequeñas. ¿Quieres tener un negocio de fotografía enfocado a retratos? Lo mejor será que sepas hacer no solo fotos, pero que realmente seas excelente en el servicio o producto que intentas vender.
Mi mamá hizo tortillas mexicanas durante años antes de empezar a venderlas; para cuando decidió ofrecerlas, su receta ya estaba perfeccionada y se pudo concentrar en vender y no en producir un producto de excelente calidad, eso ya lo tenía.
Metas realistas
Otra de esas cosas que me encanta hacer es planear. Tengo un board con ideas para cada año, visualizarlas seguido me ha ayudado a hacer realidad lo que sueño. Planear nos ayudará también a sentir que estamos más cerca de lograr lo que queremos.
El primer año podemos aspirar a comprar algo que nos vaya a servir para nuestro emprendimiento. En mi caso compré mi cámara, y un flash para hacer eventos.
El segundo año puedes invertir en tomar un curso de negocios.
Para el quinto año tal vez ya puedes pensar en tener suficiente dinero ahorrado para buscar un trabajo a medio tiempo y finalmente dar el salto a tener tu emprendimiento.
Sé bueno contigo mismo
Esta parte es tanto un consejo, como un recordatorio para mí misma. A veces siento que me he desviado en mi camino original, pero la vida está llena de giros y vueltas. Nunca sabes qué nuevas aventuras vivirás por tomar un desvío. Los desvíos son lo que hacen a la vida interesante, nos prueban, y nos re-enfocan.
Y si un día te levantas y te das cuenta, que has pasado años sin pensar en tus sueños, nunca es demasiado tarde. Hay muchas historias de personas que lograron tremendo éxito, después de fracasar durante la mayor parte de su vida.
La historia de Rocky (la puedes leer aquí), es ahora una de esas cosas que recuerdo cuando pienso que la vida es difícil y que quiero ya no tener sueños.
“Aférrate a tus sueños y no dejes que nadie te derrote”, es el mensaje de Rocky.
No importa como tengamos que hacerlo, no importa si tienes que vender burritos para comprar la pintura del curso que quieres tomar; no importa si tienes que tomar un trabajo de 9 a 6; no importa si tienes que dejar de comprar cosas que te den placeres momentáneos.
Estoy convencida de que podemos financiar nuestros sueños, y así podemos hacer que sucedan.
Un disco de 1 TB, dos discos de 2 TB, 2 discos de 500 GB, el disco interno de mi computadora otro de 750 GB… Otro disco lleno, otro día intentando que la cantidad de datos no me coman.
Les suena familiar. Si están en el negocio de la fotografía o del video sabrán que la cantidad de datos puede convertirse en una pesadilla para hasta los más organizados y metódicos.
2 cortometrajes, un documental, una serie de YouTube y muchos videos y fotos para clientes después empecé a tener mini ataques de pánico pensando en que nada de mi material estaba realmente seguro.
Claro había hecho copias del material, estaban en 2 o 3 discos, pero no había una forma de mantener todo actualizado. Cada vez que añadía algo a un disco tenía que manualmente duplicarlo y si olvidaba hacerlo entonces podía tener meses de documentos de trabajo sin respaldo.
El día en que busqué hasta debajo de las piedras el documento original de mi libro de introducción a la fotografía y no lo encontré fue cuando mis peores temores se hicieron realidad. Perdí el trabajo de 3 meses completos y no había rastro en ningún lugar. Por haber sido extra cuidadosa había guardado un PDF en Dropbox y ese fue mi único consuelo. Mi teoría es que cuando se hizo una copia de seguridad no se copió solo esa carpeta…
Ahora estoy reconstruyendo todo el libro, la diagramación completa y los gráficos. En fin.
Ese día le dije a mi esposo que no podía seguir así. Y esta es la solución que encontré y quería compartirla con ustedes.
1. Synology
La respuesta obvia era que necesitaba un servidor para mis datos, con un sistema de RAID (conjunto redundante de discos Independientes), es decir varios discos que tengan exactamente lo mismo. Uno es el disco principal y los otros son solo de respaldo.
Yo uso un sistema Synology con dos discos de 3TB en los que se guardan la mayor parte de mis documentos de trabajo. Todo lo que sea importante se duplica automáticamente.
Porque digo la mayor parte, lo digo porque el material de video y fotografía es punto a parte. Cuando tienes material de video de varios gigabytes los discos tienden a llenarse muy rápido, puedo llenar 500 GB con un solo proyecto de video. Mi synology no parecía ser el lugar para almacenar tal cantidad de material, aunque tal vez en algún momento expanda mi sistema.
Para no dejar mi cuenta del banco en cero tuve que ser creativa con esta parte.
2. Amazon Cloud Services
Si no lo saben la forma correcta de archivar tus documentos importantes es tenerlos por triplicado, el original, una copia en el mismo lugar, y una segunda copia en otro lugar.
Tener un servicio donde subir tus documentos ha sido una opción desde hace años, pero los precios habían hecho que no fueran una opción. Dropbox es muy bueno para la mayor parte de documentos, pero no para cantidades de datos como las que yo manejo, igual los servicios que ofrecen Google y Apple.
Por fin Amazon empezó a ofrecer lo que necesitaba “Cold Storage” almacenamiento en frío. Hace un par de días se actualizó la aplicación y ahora además de poder subir archivos y dejarlos quietos también hay un sistema que te deja sincronizar ciertas carpetas como Dropbox.
Por solo 120 dólares al año tengo 2TB y además con mi membresía de Amazon Prime tengo almacenamiento de fotos ilimitado. Si es un poco costoso, pero no tanto como perder el trabajo de años.
Así que no le di más vueltas al asunto y me compré mi ticket a dormir tranquilamente. Empecé a subir primero todas mis fotografías y aunque es un proceso lento estoy ya en el año 2015. Tengo ya 8 años de fotografías con una DSLR y mi reciente compra, la Blackmagic, solo me hizo pensar más en como archivar cantidades grandes de datos.
Obviamente en algún momento se necesita una solución con otra escala. Hay servidores especiales para edición de video. Son una maravilla pero dado que no puedo justificar gastar ese dinero esta es la mejor solución.
Mi esposo me informó que había encontrado una aplicación que permitía hacer una copia de mi synology a mi cuenta de amazon cloud. Que puedo decir, sin quererlo encontré mi solución perfecta.
3. Optimizar para almacenar datos
Dado que el material de fotografía y video normalmente no se usa mucho después de terminados los proyectos empecé hace algún tiempo a comprimir mis archivos originales. En el caso de videos a veces solo dejo una copia master del corte final y si el proyecto es muy importante para mi dejo, sí, el material original pero intento borrar todo lo que sé que no usaré de nuevo.
En cuanto a las fotografías, muchas sesiones de fotos tienen fotos malas, así que primero borro todo lo que no funcionó y luego exporto todos los .RAW a .JPG y solo dejo los .PSD o .TIFF de fotografías que realmente amo y sé que podría querer editar en el futuro.
Los proyectos terminados y listos van a la nube. De esta forma libero espacio de mis discos de trabajo y subo solo lo necesario a la nube, lo que hace que el proceso sea más rápido.
También es necesario anotar que más de una vez mis clientes han querido cambios o una copia nueva de lo que había entregado meses después. Tus clientes pueden perder los proyectos, tú no.
4. Organización
A pesar de todo hay que ser muy organizado con los datos. Una buena idea es organizar por tipo de proyectos. En mi caso tengo algunos tipos.
Diseño Gráfico
Fotografía
Film
Cursos
Escritos
Dentro de esos organizo o por proyecto o por fecha.
Con la fotografía tengo todo organizado por Año>Mes-Día
Cuando no hay tantos datos diarios organizo por proyecto, por ejemplo:
Film>Proyecto>Material>Video
5. Nombra tus documentos
Gracias a que trabajé en agencias desde el inicio de mi carrera aprendí a mantener un orden en cómo nombro mis documentos.
Mis episodios de Youtube se nombran de esta forma.
shehacks_episodio01_fecha.mp4
Un promo se llamaría
Shehacks_promo01_fecha.mp4
Así cuando estoy buscando archivos es más fácil saber que estoy viendo sin tener que abrir el archivo.
Así que mi odisea de datos parece haberse tranquilizado por un momento.
Espero que puedan organizar su caos y dormir como bebes.
No es la primera vez que escribo sobre el miedo, no es la primera vez que estoy asustada, que me siento insegura. Es fácil saltar al vacío, no es fácil mantenerse en calma mientras uno cae, mientras uno grita con todo su ser en la espera de que el paracaídas sí abra. Voy cayendo algunos metros y empiezo a analizar lo dolorosa que será la caída. La esperanza del paracaídas parece ser un poco infantil. He tomado muchos riesgos, he caído y me he levantado. Sé que no es el fin del mundo, pero parece que en mi pánico no logro ayudarme a mi misma y abrir mi paracaídas.
El miedo es irracional, el miedo nos dice ¿por qué demonios saltaste? cuando lo único que puedes hacer es concentrarte en que necesitas ayudarte a ti mismo.
¿Cómo ayudarnos? Parece que estamos nadando en aguas tan oscuras que arriba y abajo pierden sentido.
Hay una luz siempre con nosotros. Me recuerda al encendedor que Ron usa para encontrar su camino de vuelta a Harry y Hermione. (Estoy hablando de Harry Potter). Esa luz, se manifiesta como una voz, amorosa, dulce, pero primero debemos callar las dudas y confiar en que en el fondo tenemos todas las herramientas para salir de cualquier situación. Esa voz como sea que le quieran llamar siempre sabe que es lo mejor.
A veces lo único que me dirá es respira, respirar siempre es una buena idea cuando estamos en pánico.
Respira.
Respira.
Respira.
El miedo usualmente es ansiedad del futuro, un futuro incierto. Vivir en el futuro o en el pasado no nos hace bien. Todo lo que tenemos es el ahora.
Me hace recordar a Lena, la protagonista de mi cortometraje. Lo único que la hace poder seguir es concentrarse en el presente.
El cortometraje (por cierto) ya está en línea.
Respira. Tu puedes con lo que sea que te da tanto miedo.
Aclaremos algo desde este momento, este no es un post recomendándote dejar tu trabajo actual de 9 a 6. Es una reflexión de mi experiencia personal como emprendedora y creativa profesional.
La respuesta más fácil sería no, no des el salto y seas freelancer, pero hacer las cosas que valen la pena nunca son fáciles. Aún así creo que hay un par de cosas que deberías de considerar antes de dar el salto al vacío.
¿Ya has trabajado como freelancer alguna vez?
¿Has tomado proyectos como freelance en los fines de semana, en tu tiempo libre? Si la respuesta es no, lo más probable es que no debas de freelancear a tiempo completo. Claro que todo tiene sus excepciones, en mi caso muy particular empecé a freelancear porque regresé a mi país, Ecuador, después de pasar años en Alemania y no me lo van a creer (lease con sarcasmo), no conseguía trabajo.
Ser freelancer era la única oportunidad de ganar dinero con lo que me había costado tanto tiempo aprender. Gracias a que regresé a casa de mis padres, tenía casa y comida, así que probar ser freelancer no era un riesgo tan grande. Increíblemente empecé a ganar dinero más rápido de lo que me imaginaba, gracias a que ya había hecho algo de trabajo como freelance cuando regresaba de vacaciones.
Entonces lo más aconsejable es empezar a probar lo que es trabajar como freelance antes de dejar tu trabajo que paga la renta.
¿Tienes un plan de negocios?
No, no estoy bromeando, ya sé, eres fotógrafo o escritor, todos tus amigos te dice que por qué no lo haces a tiempo completo, claramente eres muy talentoso. Los planes de negocios deben ser para gente no artística. Falso. Vas a ser una pequeña empresa de uno, tendrás que hacer todo lo que hace una empresa. No tienes idea de que es esto y no te interesa, tal vez no debas de freelancear.
No es necesario tenerlo todo completamente planeado, pero tener una idea clara de tus posibles gastos, un estudio de mercado y un plan de marketing no te puede hacer daño. Lo más básico sería saber cuanto necesitas ganar para cubrir tus gastos, es decir cuando necesitas cobrar por tus servicios para pagar tus costos y ganar dinero.
¿Tienes clientes, una red de contactos, prospectos?
La cruda realidad es que no es una buena idea dejar el trabajo que le da de comer a tus hijos sin clientes, o sin una red de contactos fuerte. Si estás en una nueva ciudad, intentando primero conocer gente, hacer contactos pero debes pagar la gasolina, probablemente no es el tiempo de dar el salto. Es mejor empezar poco a poco y una vez que tengas suficiente trabajo puedes tomar la decisión de dejar ese trabajo que te parece tedioso. Dicen por ahí que Roma no se construyó en un día.
¿Tienes una página web?
En esta era no tener una página web para tu negocio no es aceptable, no, facebook no cuenta, tampoco snapchat o instagram. Tu página web es tu hogar virtual, te legitimisa a los ojos de tus potenciales clientes, te da una oportunidad de mostrar lo que ofreces, y puede ser la plataforma perfecta incluso para vender tus productos o cerrar tratos.
Recuerda que las redes sociales también pasan de moda.
Hoy en día tener una página web no es tan difícil, puedes hacerla con un profesional y olvidarte de ella o puedes invertir tu tiempo y esfuerzo en una de las plataformas como WordPress o Shopify para tener una linda página web a un costo razonable.
Recuerda que una página web necesitas un dominio, si logras conseguir un .com no lo dejes ir. Cómpralo y sujétate a él como si fuera un tesoro. Los .com son cada vez más cotizados y difíciles de conseguir.
¿Tienes suficiente dinero para sobrevivir de 1 a 2 años sin que tu emprendimiento de resultados?
Si la respuesta es no, te recomiendo no lanzarte todavía. Piensa que aún con clientes, experiencia como freelance, un plan de negocios, contactos y página web, las cosas pueden salir mal, la economía se puede desplomar, te puedes enfermar, o simplemente todo lo que pensabas que funcionaba no funciona realmente. Lo último que quieres es no saber como pagar la renta o la escuela de tus hijos.
También piensa que como freelancer tendrás que ahorrar y gastar de forma diferente, aún en el mejor de los casos habrán meses en que no tengas tantos proyectos o clientes y entonces tendrás que usar tu dinero ahorrado de los meses gordos.
Si no tienes nada ahorrado y no sabes como podrías ahorrar para empezar tu emprendimiento te recomiendo revisar tus gastos, te sorprendería todo lo que puedes ahorrar con un poco de esfuerzo. Aquí una lista de cosas en las que puedes ahorrar todos los días.
-Café de casa.
-Comida preparada en casa en lugar de ir al restaurante.
-Bicicleta, caminar o transporte público en lugar de taxi o automóvil privado.
-Ropa de buena calidad (cuesta más al principio pero dura más).
-Vacaciones dentro del país en lugar de fuera.
-Fiestas en casa en lugar de ir a una disco o bar.
-Regalos hechos por ti mismo en lugar de comprados.
-Cortar todos los gastos superficiales. Si no está roto, no compro uno nuevo. (Aplica con computadoras, celulares, cámara, televisión, consolas de videojuegos, etc.)
Si piensas que no lo puedes hacer mira esta entrevista y luego seguimos conversando:
¿Te quedaste sin trabajo y no encuentras uno nuevo?
Entonces déjame decirte que tal vez ser freelance sea tu única opción. Ser freelance tiene una mala reputación por esta misma razón, mucha gente prefiere decir que son freelance que desempleados.
Lo bueno es que si estas en esta situación, en el fondo, sólo hay un lugar a donde ir, hacia arriba. Ser freelance puede salvar tu vida, puede cambiar todo, puedes pasar de ser un ser miserable que apenas si puede sobrevivir a tener una vida que es todos los días un desafío pero en donde tu pones las reglas y los límites.
Sé que suena difícil, pero si eres creativo, persistente, le pones ganas y le pides al universo, tendrás tu recompensa. No habrán cheques seguros, ni horarios, trabajarás y no sabrás si es fin de semana o día feriado, tendrás que vivir con la dualidad de que todo puede o no funcionar, pero construirás algo que te dará más satisfacciones y libertad.
No todos necesitan ser independientes, no todos necesitamos ser emprendedores, pero si tienes esa curiosidad, si tienes convicción en tu producto o tu servicio, o si sabes que ninguna empresa te dará la oportunidad de hacer lo que quieres, tal vez puedes considerar dar el salto.