La palabra hogar proviene del lugar donde se encendía el fuego, a cuyo alrededor se reunía la familia para calentarse y alimentarse. Su etimología viene del latin focus, que significaba fuego, brasero, y hogar. El culto al fuego era en la tradición latina y griega, uno de los más importante. El fuego era una presencia sagrada que estaba en el centro de la casa.
Hoy en este mundo de ciudadanos del mundo, siento que esta palabra vuelve a aparecer una y otra vez, pero para mi el significado de hogar se ha transformado en ese lugar en el que me siento que pertenezco, en el que me siento segura. Después de dejar mi primer hogar, la casa de mis padres a la edad de 19 años, no había encontrado un lugar en el que me sintiera en mi hogar hasta que llegué a la Ciudad de México.
Es algo que no puedo explicar, no he vivido aquí más que lo que viví en Alemania, pero de alguna forma me he apropiado de esta ciudad, la he hecho mía, y entonces creo que uno llama hogar a ese lugar en donde uno tiene su corazón, tal vez suena demasiado cursi, pero empiezo a entender la razón por la que la gente lo dice.
Lo gracioso es que nunca había tenido tantos sentimientos encontrados sobre un lugar, hasta ahora, y aún así, no me puedo imaginar viviendo en otro lugar por el momento.
Mi hogar está por ahora entre las montañas, en el Valle de México, el lugar que me vió nacer, hay días que lo amo y otros en que necesito escapar de aquí, pero sigue siendo mi lugar.