“No dejes que el miedo a perder, sea mayor que la emoción de ganar”.
— Robert Kiyosaki
Creo que me encuentro en esa parte de la población que ha aceptado que si vas a ser valiente con tu vida, por ende vas a fracasar y la verdad es que mis fallas son como mis medallas de honor, por intentar, por no rendirme, soy muy buena levantándome después de que la vida me tira del caballo, soy buena en las crisis, modo supervivencia es un modo que conozco y que a pesar de todo no le tengo miedo.
En este movimiento de ser vulnerables y darnos la oportunidad de vivir nos preparan para los fracasos seguros, pero no te preparan para lo otro, para que te vaya bien, para aceptarlo, para abrazar que en realidad en algún momento todos los sacrificios valen (¿pueden?) la pena. Soy una guerrera, y en la arena que es la vida sé pelear, se caerme y levantarme, pero no estoy preparada para salir de esa arena con la victoria.
O no lo estaba hasta hace un par de días en que me di cuenta que estaba iniciando una nueva aventura planeando mi estrategia de salida, estaba planeando para fallar y buscar un nuevo refugio sin apenas haber empezado. Me estaba preparando para fallar, no para ganar.
Creo que esto ha sido mi mayor falla, porque la verdadera vulnerabilidad para mi sería aceptar que voy a ganar, que es mi tiempo, lo he dicho, pero una parte mía cree que ese día está lejos, que mis victorias las contaré con los dedos de las manos, creo que me falta tiempo en las trincheras antes de ver una victoria real.
Pero ya he probado esta forma de aventurarme, también cuando era más joven no esperaba nada y me dejaba sorprender, pero hoy creo que mi viaje me ha llevado a este momento en el que lo único que me falta probar, es creer que tengo la capacidad real de ganar en la vida, planear para eso, alegrarme con anticipación, eso me haría completamente vulnerable a fallar porque no lo esperaría, pero tal vez las caídas serán menos que las victorias.
Puede ser que incluso vea las pequeñas victorias con más prominencia, esas cosas cotidianas que te muestran que estás avanzando en la dirección correcta….
Es hora de apostar por el plan A, sin plan B, C, D, E. Y tal vez si lees esto es porque necesitas creer un poco más en ti mismo, en tu capacidad de ganar en la vida. En lugar de ser mártires, que nuestro aporte sea ser personas más felices. De ninguna forma pienso que simplemente pensar positivo es la forma de ser feliz, pero caer en el hueco oscuro que es la negatividad tampoco parece ser lo correcto.
Mi esposo muy sabiamente me dijo que era cuestión de creer, de tener fé en que todo iba a estar bien. Es gracioso cuando escuchas de la boca de alguien más lo que tu ya has predicado, pero todos necesitamos recordarnos de vez en cuando nuestras propias palabras. Si fuera tan fácil aplicarlas como decirlas.
Entonces finalmente quiero tener esa sabiduría para dejarle a Dios lo que no puedo controlar, tener fé en que estoy en el lugar y momento correctos y que el universo conspira a mi favor. Tener fé en que nada de las cosas horribles que imagino sucederán, porque ciertamente la vida me ha tratado mejor de lo que jamás podría haber imaginado. Tal vez no es ser positivo, es ser agradecido, vivir en el presente con fé en el futuro.
“La vida sólo se vive hacia adelante, y no te puedes quedar parado/a. Llega un momento en el que sobresalir es lo que tienes que hacer. Ganar el partido, no permitir que tu brazo se encoja.” – Cesár Piqueras