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Ramona y yo

Quiero empezar el primer post del año con una historia muy personal. Esta es la historia de como una perrita me cambio la existencia en solo unos cuantos días.

Recuerdo que era un día común 4 de diciembre, acompañe a mi mamá a la puerta de la casa, no recuerdo porque y ahí estaba una perrita color blanco con cafe clarito, con carita de hambrienta mirándome con sus ojos de desamparada. Mi mamá no le prestó mayor atención, me dijo dale agua, y poco después se fue. Le traje un poco de agua, y era obvio que estaba sedienta porque bebió con desesperación, así que decidí que podía darle algo de comer. Busque algo de pan en la casa y se lo di. Normalmente esta hubiera sido toda mi interacción con un perro callejero, abandonado, pero algo esta vez no me dejo ignorar la necesidad de este animalito. Así que en contra de todo lo que me habían enseñado a mis padres y después de hablar con mi novio decidí que iba a ayudarla.

Ramona_encontrada

Las siguientes horas fueron poco placenteras, ya que mis padres no estuvieron muy contentos de encontrar que había dejado pasar a la perrita a nuestro patio. Después de haber derramado un par de lágrimas ante la frialdad de mis padres en cuanto a la situación decidí llamar al PAE y luego a mis vecinos para ver quien podría ayudarme porque mi casa no aceptaba animales. Por suerte mi vecina Marce accedió a ayudarnos, y paso la primera noche en el patio de su casa, el PAE no tenía ya espacio para otro perrito.

El siguiente día era obvio lo que debíamos hacer: bañarla, quitarle las pulgas, llevarla al veterinario y preguntar en el vecindario si alguien la reconocía.

El baño no fue tan terrible como me lo imaginaba estaba más sucia de tierra que de otra cosa y con el jabón antipulgas logramos despulgarla bastante bien. Obviamente cuando la sacamos de nuevo al patio no estaba muy contenta y opto por revolcarse en la tierra de nuevo…

Un poco más tarde ese día con la ayuda de mi novio y su hermana la llevamos a la veterinaria. Ahi nos dijeron que estaba sana, que probablemente había tenido cachorros hace poco y que tenía entre 1 y 2 años. Tengo que admitir que estaba aliviada de que estuviera sana. La desparasitamos y le pusimos sus vacunas y ese día le pusimos Ramona en su ficha del veterinario, que salió de un juego de palabras. Marce dijo Rabona, por su falta de colita, y yo escuche Ramona, finalmente me pareció un nombre que podría ser adecuado.

En este punto todavía estábamos esperando encontrar a sus dueños, o un nuevo hogar. Ponerle nombre no estaba dentro de mis planes, (según yo para no encariñarme) pero para fines prácticos decidimos dejarla como Ramona. Ese día mientras caminábamos con ella vi algunos anuncios de perritos perdidos, pero ninguno era de Ramona. Preguntamos  con los vecinos, y guardias, y todo lo que nos dijeron fue que no la habían visto antes en el vecindario y que había venido de el reservorio. Con las esperanza de que encontráramos de todas formas al dueño la llevé al parque el 6 de diciembre, había un evento de fiestas de Quito y estarían todos los vecinos. Nadie la reconoció. Bueno una vecina le había dado pan y su hijo pequeño la había bautizado florecita, que me pareció muy dulce. Así que concluimos que debíamos de poner algunos anuncios a ver que pasaba, pero con el pasar de los días se me hacía muy poco probable que el dueño apareciera.

Para hacer todo más difícil Ramona ya se había encariñado mucho conmigo y mostraba una lealtad que yo no entendía. Lloraba cuando la dejaba en casa de Marce y apenas le abrían la puerta salía corriendo a buscarme a mi casa. Supongo que estaba muy agradecida.

Llegamos a la triste conclusión de que habían abandonado a Ramona, porque no le gusta estar sola y esta entrenada para vivir en una casa. Hasta avisa para ir a hacer sus necesidades. Nunca nadie vino por ella.

Mi novio que es un amante de los perros me convenció de que si no aparecía su dueño deberíamos de darle nosotros un hogar, el problema era que en nuestra situación no era posible. En casa de mis padres era obvio que no se podía quedar, y en casa de mi novio no querían otro perrito. ¿Qué hacer?

Finalmente después de discutir el asunto por varias horas decidimos que solo una cosa tenía sentido. Si no encontrábamos otro hogar adoptivo la adoptaríamos nosotros y conseguiríamos nuestro propio departamento para poder tenerla. Habiendo vivido casi 6 años juntos volver con nuestros padres no era lo ideal y ahora toda las excusas para no irnos a vivir juntos se nos habían olvidado.

cyndi_caviedes_ramona_parque Mientras estábamos buscando el departamento soñado los papás de mi novio aceptaron a Ramona en su casa y obviamente se encariñaron con ella. Yo finalmente no pude resistirme a esos ojitos y me fue muy difícil dejarla en casa de mi novio.

Hoy les escribo desde mi departamento con vista al valle de Cumbaya, Ramona está dormida en su camita, mi novio trabaja a mi lado y yo no puedo estar más agradecida de todo lo que ha pasado en las últimas semanas.

Ramona me hace vivir en el presente, me hace bajar mi ritmo, con ella a mi lado me concentro en las cosas importantes. Esta perrita sin colita es un regalo de Dios, vino a mi vida en un tiempo de ansiedad y me hizo reconectar con lo importante.

Ramona es la alegría en 4 patas, la que me despierta con su nariz fría y me hace pasar por alto mis alergias solo por la alegría de verla correr detrás de su juguete y de revolcarse en el jardín.

Así empieza mi año, en una nueva casa con una nueva integrante en la familia. Todo está bien en el mundo.
cyndi_caviedes_ramona_retrato_reno

He aquí mi intento de la foto navideña, con la mudanza y todo lo demás no logré postearla a tiempo. Obviamente Ramona no quería cooperar, pero bueno solo era su primer shooting.

Esperen muchas fotos de Ramona en los próximos años, voy a ser una de esas personas… 🙂