Ayer después de haber cerrado un trato importante para mi, me di cuenta de una cosa muy poderosa. A veces solo tienes que creer. Cuando deje mi trabajo en una empresa de medios, porque sabía que yo podía hacer más, no sabía que estaba entrando a un periodo en el limbo. Todos estos meses, he estado detestando esperar respuestas a entrevistas, sufriendo por no saber que es lo que estaba haciendo mal, pero en todo ese tiempo a pesar de mis dudas ocasionales se que estoy en el camino correcto porque estoy siguiendo mis instintos, estoy siguiendo esa voz en mi interior. Y de pronto mientras pensaba en todas estas cosas, estas palabras se empezaron a acumular en mi cabeza y tuve, TUVE, que escribirlas con lágrimas en los ojos. Sé que un día alguien, probablemente yo misma leeré esto en un día gris, me limpiaré el rostro, me levantaré y seguiré, porque vale la pena.
No desistas
No desistas
aunque no puedas ver el camino
no desistas
porque el túnel negro
siempre tiene una salida.
Este mundo es de los soñadores
los que se lanzan al abismo
guiados por esa voz inequívoca
que resuena en cada uno de nuestros pechos.
No desistas
el viaje es largo,
a veces solitario.
Cuando estamos de rodillas
y nos sentimos abandonados
si creemos en los ángeles
a veces, inesperadamente,
nos vemos rescatados.
No desistas
tu alma arde con un fuego infinito
y expide una luz que cegara hasta los más incrédulos.
Inexplicable es a veces el destino
pero la piezas se juntan,
si tan solo creemos.
No renunciar significa vivir bajo mis reglas
con el único compás que me ayuda a seguir,
cuando estoy perdida.
Creo que mis sueños vienen de Dios y
se expanden en mi centro
como un millón de estrellas.
No desistas,
solo por hoy cierra los ojos
y déjate llevar.
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