Pensémoslo, ¿cuánto tiempo perdemos esperando a que alguien nos elija para hacer lo que queremos?
Hace días estuve escuchando el audio libro “The Icarus Deception” de Seth Godin y no podía quitarme de la cabeza la idea que plantean, que es: nos han lavado el cerebro para pensar que lo que debemos hacer es seguir instrucciones.
Yo la rebelde, la que ha decidido conscientemente que no quiere seguir el camino “normal” no soy más que el resultado de años de entrenamiento en seguir instrucciones, órdenes, procesos. Me he sentido un poco mareada, medio asqueada, siento que es como la vuelta de tuerca que le dan a las películas realmente interesantes. Es como salir de la Matrix, despertar de un largo sueño…
Mi mamá ha venido repitiendo desde hace ya algún tiempo que yo no estoy para ser empleada, que tengo demasiada energía para eso, que soy demasiado inquieta y aunque aceptaba su idea, muy en el fondo de mi ser creía que necesitaba que alguien me escogiera, me enseñara, me pusiera en el camino, me diera ese puesto de trabajo que me haría desarrollarme. Ok mamá ya entendí… creo…
Llegué a México pensando que iba a encontrar eso, terminé encontrando lo opuesto. Me encantan las ironías de la vida (Léase en el tono más sarcástico que conozca). Encontré que ningún jefe, ningún puesto iba a ser suficiente, que siempre iba a querer mejorar algo, probar algo nuevo, tener una opinión. No lo había visto con tanta claridad, pero una mujer sin pelos en la lengua, decidida, con una opinión es la cosa más aterradora para las empresas. (Tal vez para la sociedad).
¿Qué pasó después de enterarme que mi mamá tenía razón?
Nada. Todavía no había llegado la última pieza de información para desprogramarme, porque eso es lo que está pasando. Estoy borrando años de lavado de cerebro. Simplemente seguía creyendo que no estaba lista, que no era lo correcto dar el último salto al vacío.
Nadie va a elegirme para ir a hacer mi primera película, nadie va a tomarme la mano y darme esa oportunidad de hacer cámara, nadie va a venir a buscarme para poner mi arte en el mundo. Nadie va a creer en mí hasta que yo salga al mundo y les diga que yo valgo.
Tener una educación en el mundo de hoy puede ser hasta perjudicial para que tu vida tenga un significado más profundo más allá que el de pagar cuentas y recibir un salario. ¿Qué quieres hacer con tu vida? La única que tienes. ¿Por qué no estás haciendo nada para hacerlo realidad?
Tal vez esta idea no es para todos, hay que tener agallas, huevos, ovarios para desafiar ideas tan enraizadas en nuestra cultura.
Es por esto que loos artistas estamos más preparados que nadie más, porque ser artista es muchas veces ir en contra de esa programación, el arte no es secuencial, el arte es desordenado, el arte pide que te equivoques, el arte odia la monotonía del proceso y el arte más allá de esto crea conexiones. Sé que esto es invaluable porque no basta con hablar 3 idiomas y graduarse en Europa, no basta tener buenas calificaciones, nada de eso importa cuando sales al mundo real. (Lo siento por los padres que esperan que eso les dé seguridad a sus hijos).
Así que voy saliendo de la neblina, de aquí en adelante apuesto por mí. Creo en mis capacidades, y como he hecho hasta ahora, haré que suceda con la ayuda de mi sistema de soporte mi esposo, mis padres, mis amigos, y de todos los que quieran sumarse a hacer las cosas diferentes a probar y a soñar. Es contagioso, es maravilloso, y me ha dado más riqueza de la que jamás podría haber imaginado.
Nadie me va a elegir, pero quién diría que eso es algo bueno.
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