He llegado a un momento en mi desarrollo como fotógrafa en el que siento que no necesito sobrecompensar con maquillaje, efectos de luz o vestuario. Fotografío gente, como tú, como yo, gente real, que tienen algo que decir, que son algo más que una cara bonita, que tienen pecas, arrugas, fuego en los ojos.
Estos son los retratos para el portafolio de Stefanie, la protagonista de mi primer cortometraje. Cómo siempre, fue un placer trabajar con ella; reírnos, y ver como esta artista puede transformar su realidad en segundos. Es difícil no perderse en sus ojos azules como el mar, y reír o llorar con ella.
Gracias por dejarme capturar tu magia.