Durante los últimos meses hice lo que creo fue el último intento por encontrar un trabajo dentro de una empresa audiovisual para hacer lo que estudié y se hacer.
Desde 2011 he trabajado con empresas en Alemania, Ecuador, Colombia y México, con resultados mixtos. He de recalcar que hasta ahora la mejor experiencia fue trabajando como J. Art Director en Alemania para Schatwzerk, mi jefa me enseñó muchísimo y aunque la empresa tomo un camino diferente al mío, todavía siento que fue una gran experiencia.
Quisiera no decir esto, pero ¿es una coincidencia que la mejor experiencia laboral haya sido con una jefa? He tenido jefes decentes, pero nunca me sentí apoyada, ni sentí que tenía alguien que fuera mi mentor hasta que trabajé en Schtazwerk.
Tristemente mis primeras experiencias laborales en México rebasaron los límites del machismo y de la explotación, y en Ecuador lamentablemente no me fue mucho mejor, empezando porque según la gente que me entrevistó para trabajos, yo estaba sobre-capacitada para el trabajo.
Una crisis de nervios y una buena tanda de jefes abusivos después, no podía ni siquiera imaginarme trabajar para alguien más de nuevo.
Llegué a pensar que la culpa era mía, pero meses de reflexión me han hecho ver que estoy peleando contra la corriente y eso es muy cansado, sobre todo si no sabes como.
Hace poco Netflix me recomendó una de sus nuevas series Abstract. Una serie sobre diseño. La serie en sí, me encanta, de hecho creo que es una serie que vería más de una vez. Mirando a estos artistas no pude dejar de pensar que alguien, quien sea, les había dado una oportunidad, tal vez una sola persona creyó en ellos, pero estaban preparados, en el momento adecuado y lograron que sucediera.
Esto me hizo preguntarme, y que pasa si nadie te da esa oportunidad, porque hasta ahora nadie había querido darme esa mano amiga, hasta ahora no he tenido mucha suerte en ese aspecto.
¿O no?
Ahí es cuando finalmente me di cuenta que sí me han dado oportunidades, mis clientes me han dado oportunidades, han confiado en mi trabajo, han trabajado conmigo hombro a hombro y hemos hecho proyectos geniales.
Entonces, tal vez es hora de que yo misma me de la mano, crea en mi misma y le de la mano a otras mujeres en mi posición. El medio audiovisual es extremandamente machista, y si no hay empresas que den igual oportunidad a hombres y mujeres, entonces tendré que por lo menos intentarlo.
Este intento tal vez hoy no se vea como gran cosa, pero empieza por las pequeñas cosas.
Invertir en mi visión, en mi pasión y en lo que creo es para mí el mejor uso de mis recursos. El mundo no va a cambiar por si mismo, el mundo cambia como resultado de nuestras acciones.